En un anuncio que contrasta con la ola de violencia de las últimas semanas, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la mayor guerrilla activa de Colombia, declaró este domingo un cese al fuego unilateral durante las festividades de fin de año.
La tregua, ya tradicional del grupo, se extenderá desde la madrugada del 24 de diciembre hasta el 3 de enero de 2026, en medio de un contexto donde las negociaciones de paz con el gobierno siguen suspendidas.
Una Tregua Tradicional en Medio de la Ofensiva
En un comunicado, la guerrilla informó que enviaba «al pueblo colombiano un mensaje claro de paz» declarando el alto al fuego. Sin embargo, este gesto ocurre luego de una semana particularmente violenta. El ELN había convocado un paro armado de 72 horas que resultó en cerca de un centenar de acciones de intimidación. El ataque más grave tuvo lugar el pasado jueves en Aguachica (departamento del Cesar), donde un ataque con drones cargados de explosivos contra una base militar dejó un saldo de siete soldados muertos y 31 heridos, en uno de los episodios más sangrientos recientes.
Las Acusaciones Contra Estados Unidos y el Contexto Regional
El anuncio de la tregua vino acompañado de duras acusaciones del ELN hacia Estados Unidos. En su comunicado, la guerrilla responsabilizó al país norteamericano de «desplegar sus tropas por el Caribe para amenazar, agredir y saquear a los pueblos y naciones» de la región.
Según el grupo, esta supuesta escalada militar estadounidense justificaría sus propias acciones violentas, vinculando el conflicto interno colombiano con las tensiones geopolíticas en el Caribe, particularmente la crisis entre Estados Unidos y Venezuela.
Un Futuro Incierto para el Proceso de Paz
La tregua navideña, aunque bien recibida por las comunidades en zonas de conflicto, no modifica el estancamiento del proceso de paz. Las negociaciones entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y el ELN se encuentran suspendidas desde hace casi un año, tras la escalada de violencia en la región del Catatumbo. Este alto al fuego temporal, que el grupo también declaró en 2024, no garantiza una reanudación inmediata del diálogo y deja en evidencia la profunda desconfianza y la complejidad de un conflicto que lleva más de seis décadas.
La decisión del ELN de declarar una tregua navideña ofrece un breve respiro a Colombia, pero difícilmente altere el curso de un conflicto enquistado. Mientras el gobierno busca reactivar el diálogo, la guerrilla combina gestos de paz con acciones bélicas y justifica su violencia en un discurso antiimperialista. Este contraste refleja la dualidad de un grupo que, pese a los ciclos de conversaciones, sigue teniendo en la fuerza militar su principal herramienta de presión, dejando a las comunidades atrapadas entre los anuncios de alto al fuego y la realidad de los ataques. Informo el medio DW.




