Según afirmó, allí se acumulan residuos electrónicos, cubiertas, semáforos y baterías con etiquetas de patrimonio municipal. El hecho fue advertido por una vocal del Ente de Control de Servicios Públicos y generó un pedido de informe que aún no tuvo respuesta, según publicó Radio 3.

La revelación se dio durante un plenario en el Concejo Deliberante, en el que se debatía el pliego para la concesión del servicio de recolección de residuos por los próximos 10 años. Bustamante cuestionó que el nuevo contrato sea prácticamente idéntico al anterior y propuso un cambio de paradigma que incentive la reducción de los residuos enterrados, mejorando el reciclaje y optimizando los costos.

Uno de los puntos que más preocupación genera es la falta de un protocolo claro sobre la disposición final de los residuos electrónicos acumulados en el corralón. “Uno se acerca y ve baterías, pilas y aparatos que generan una contaminación ambiental enorme”, expresó Bustamante, señalando que desde el 28 de febrero se solicitó un informe al Ejecutivo municipal sin obtener respuesta.

La situación pone en evidencia una contradicción: mientras se sanciona a los vecinos que arrojan residuos en lugares no permitidos, el propio Estado municipal estaría incurriendo en esa misma práctica. “Qué ejemplo se le da al ciudadano si el municipio entierra su basura en pleno corazón de Comodoro”, lamentó el edil.

Finalmente, desde el bloque Despierta Comodoro reclamaron mayor transparencia en el manejo de los residuos, tanto en términos contractuales como ambientales. La falta de respuesta oficial y la magnitud del basural interno plantean un escenario de urgencia para la revisión de las políticas públicas sobre el tratamiento de residuos en la ciudad.

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