La decisión fue atribuida a la “escalada de amenazas, intimidaciones y violencia sufrida por trabajadores”. Pidieron a la dirigencia política y gremial que condenen estos hechos.
Flota congeladora tangonera. Las cámaras que integran la industria pesquera nacional comunicaron este sábado “la suspensión de todas las zarpadas programadas de la flota congeladora tangonera en aguas nacionales”. La decisión fue definida “como medida excepcional ante la escalada de amenazas, intimidaciones y violencia sufridas por trabajadores que manifestaron su voluntad de embarcarse”. Según informa: Diario Jornada
Desde el sector empresarial se planteó que “esta decisión, adoptada con profundo pesar, busca preservar la seguridad física y emocional de las tripulaciones y sus familias”. En las últimas horas, “varios marineros han recibido amenazas directas, incluyendo mensajes intimidatorios y agresiones personales, que fueron denunciados ante las autoridades correspondientes. La situación ha alcanzado un nivel de gravedad tal que ya se han presentado denuncias por amenazas de muerte, lo que motivó incluso intervenciones judiciales y allanamientos” indicaron los empresarios.
Asimismo, dijeron que “no podemos permitir que trabajadores que han decidido libremente ejercer su derecho al trabajo sean puestos en riesgo. La familia está primero, y cuando se la amenaza, se transgreden los límites más profundos de la convivencia social y laboral”, expresaron representantes del sector.
Libertad y trabajo bajo amenaza
Desde hace meses, la actividad pesquera enfrenta un conflicto gremial prolongado que ha impedido la normal operación de numerosas unidades productivas. En este contexto, “un número creciente de tripulantes había optado por retomar las actividades, en acuerdos individuales y voluntarios con las empresas, como vía para garantizar su sustento y la continuidad de una temporada clave para la actividad exportadora nacional” expresòel comunicado empresarial.
Sin embargo, tal como denunció públicamente la industria pesquera, “la respuesta ha sido una ofensiva coordinada de violencia, aprietes y extorsión por parte de sectores gremiales que buscan frenar cualquier intento de normalización de la actividad, incluso mediante métodos ajenos al marco legal y sindical. Esta conducta pone en jaque no solo el inicio de la temporada de pesca de langostino, sino el conjunto del entramado económico y social de las regiones costeras”, afirmòel sector pesquero.
Llamado a la responsabilidad institucional
El arco empresarial pesquero —representado por CAPECA (Cámara de Armadores Pesqueros y Congeladores de la República Argentina), CAPIP (Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras) y CEPA (Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas)— exige a las autoridades una intervención urgente y decidida, que permita restablecer condiciones mínimas de seguridad y legalidad para el desarrollo de la actividad.
“Instamos a que el Estado Nacional, las autoridades provinciales y municipales, y especialmente las entidades gremiales responsables, condenen sin ambigüedades estos hechos y se comprometan con la paz social y el trabajo argentino”, señalaron desde las cámaras.
La actividad pesquera representa más de 46.000 empleos directos, genera exportaciones por más de 2.000 millones de dólares anuales y es uno de los motores productivos clave de las provincias del litoral marítimo. No es tolerable que esta columna vertebral de la economía regional quede rehén de una minoría que recurre a la violencia para impedir que los trabajadores decidan en libertad.
“La industria pesquera reitera su agradecimiento a los cientos de trabajadores que han manifestado, con coraje y compromiso, su voluntad de volver al mar. Ese espíritu, basado en el respeto mutuo, la libertad de elección y el trabajo honesto, sigue siendo el único camino posible hacia una pesca argentina moderna, justa y sostenible” concluye el comunicado de prensa.