«El terreno contribuye a la victoria».
El ejército de Irán ha seguido al pie de la letra esta observación del militar prusiano Carl von Clausewitz (1780-1831), quien en su tratado «De la guerra» indicó que los ríos, bosques, montañas y otros accidentes geográficos, además de obstaculizar «el avance del enemigo», también proporcionan «la oportunidad de organizarnos sin ser vistos».
Así, los militares iraníes han aprovechado las escarpadas montañas que atraviesan el país para construir debajo de ellas una red de túneles en los que almacenan misiles de distinto tamaño y capacidad.
A estas instalaciones subterráneas las han bautizado con el nombre de «ciudades de misiles». Y meses antes de que Israel comenzara a bombardear Irán, bajo el argumento de que quería «neutralizar» su programa nuclear, líderes militares del país persa presentaron la última de ellas.
Más que un almacén
El término «ciudades de misiles» es utilizado por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) para describir a las bases subterráneas de cohetes que viene construyendo desde hace décadas.
Estas instalaciones consisten en una serie de túneles vastos, profundos e interconectados que atraviesan el país, a menudo ubicados en zonas montañosas, explicó Farzad Seifikaran del servicio persa de la BBC hace unos meses.
En las instalaciones se almacenan y preparan para su lanzamiento misiles balísticos y de crucero, y otras armas estratégicas como drones y sistemas de defensa aérea.
En un video difundido en febrero pasado por el CGRI, se pueden ver imágenes en cámara rápida de una fila con casi una docena de camiones con lanzaderas de cohetes colocadas en sus remolques, los cuales están estacionados en unos túneles sinuosos.
Luego la toma se traslada a una playa, donde un misil es disparado desde la parte trasera de un camión hacia el mar.
Sin embargo, en el artículo del servicio persa de la BBC se recuerda que los comandantes militares iraníes han asegurado que estas «ciudades de misiles» no son sólo lugares de almacenamiento de cohetes, sino que algunas de ellas también sirven como fábricas «para la producción y preparación de cohetes para que entren en funcionamiento».
Se desconoce la ubicación exacta de estas bases y también su número. No obstante, el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aeroespacial del CGRI, al presentar la última de estas instalaciones, aseguró que tienen «muchas».
Hajizadeh fue uno de los altos mandos iraníes que murió al inicio de la actual campaña militar de Israel en contra del régimen de los ayatolás.
Blindadas y ocultas
Las autoridades militares iraníes han construido estas «ciudades de misiles» subterráneas con el objetivo de protegerlas de eventuales ataques por parte de Israel como los que están ocurriendo desde el pasado 13 de junio.
«Irán construyó estas bases para almacenar y poder lanzar sus misiles sin que pudieran ser detectados por los satélites», aseguró a BBC Mundo Behnam Ben Taleblu, director del Programa de Irán de la Fundación para la Defensa de la Democracia, un centro de estudios con sede en Washington (Estados Unidos).
El fallecido general Hajizadeh, en el video en el que mostró la última de estas instalaciones, aseguró que la misma fue construida a 500 metros de profundidad y que había sido reforzada bajo varias cubiertas de concreto.
De ser ciertas estas características, hasta el ejército estadounidense tendría problemas para destruirlas con sus bombas más poderosas, admitió Michael Ellmer, ex infante de la Marina de EE.UU. y analista de la firma de inteligencia londinense Grey Dynamics, en un artículo publicado en 2021.
«Sin embargo, de lograr impactar en las bahías de lanzamiento que los iraníes han perforado en la roca (para lanzar algunos de sus misiles) se podrían inutilizar estas bases», explicó.
No obstante, Ben Taleblu afirmó que el principal problema para destruirlas que tienen que afrontar Israel o EE.UU. es hallarlas.
«Hay que detectarlas primero. Hasta ahora no se sabe dónde están», explicó a BBC Mundo.
Expertos advierten que las “ciudades de misiles” de Irán siguen siendo un blanco posible para Israel
En similares términos se pronunció Patrycja Bazylczyk, directora del Proyecto de Defensa contra Misiles del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), otro centro de estudios con sede en EE.UU.
Según Bazylczyk, «los objetivos subterráneos son difíciles, pero no imposibles de atacar».
«La superioridad aérea israelí debería permitirle a sus aviones de combate equipados con bombas atacar estas ‘ciudades de misiles’, degradando aún más los inventarios iraníes», señaló la experta a BBC Mundo.
Pero Irán no solo tiene enterradas sus bases de misiles, sino también parte de su flota de aviones de combate e incluso algunas embarcaciones.
De todos los tamaños
En las imágenes difundidas por Teherán sobre estas bases subterráneas se observan misiles de crucero Kheibar Shekan, Haj Qasem, Emad, Sejjil, Qadar-H y Paveh.
Irán se ha jactado de que con estos cohetes podría atacar países que están hasta a 2.000 kilómetros de distancia; es decir que podría alcanzar a Israel, Arabia Saudita, India, Rusia o China.
Los misiles balísticos Emad fueron utilizados en el ataque que Irán lanzó contra Israel en abril de 2024 y que causó daños a la base aérea de Navatim, en el centro del país.
Sin embargo, durante el actual conflicto misiles como el Sejjil también han sido empleados por el ejército iraní, aunque han sido neutralizados por las defensas antiaéreas israelíes, de acuerdo con los reportes del Instituto de Estudios de la Guerra de Estados Unidos (ISW, por sus siglas en inglés).
El Sejjil es un cohete balístico de 18 metros de longitud, de dos etapas, que fue desarrollado por científicos iraníes en la década de 1990 y es uno de los que tiene mayor alcance (2.000 kilómetros de distancia).
El uso del Sejjil parece ser la demostración de los problemas que está enfrentando Irán para responder a los ataques israelíes, pues está teniendo que disparar sus cohetes desde posiciones más adentro de su territorio.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguran que han destruido entre la mitad y las dos terceras partes de las lanzaderas de misiles iraníes desde el inició de su actual campaña contra el régimen de los ayatolás.
Sin conexiones, hasta ahora
A propósito del uso del misil Sejjil, desde el CSIS advirtieron que este cohete y otros modelos disponibles en el arsenal iraní podrían llevar una ojiva nuclear, aunque actualmente solo portan explosivos tradicionales.
Sin embargo, esto lleva a la siguiente pregunta: ¿Las «ciudades de misiles» están conectadas con el controvertido programa nuclear iraní que Israel desea destruir? Los expertos consultados por BBC Mundo aseguran que no hay evidencia de ello.
«Las principales bases de misiles iraníes, como la de Kermanshah, no están directamente vinculadas al programa nuclear, ya que los misiles que albergan son convencionales», aseguró Sidharth Kaushal, quien es investigador del Real Instituto de Servicios Unidos de Reino Unido (RUSI, por sus siglas en inglés).
«Dicho esto, misiles como el Shahab-3 o el Khorramshahr probablemente serían candidatos para el lanzamiento de una ojiva nuclear, si Irán llegara a desarrollar una», explicó a BBC Mundo.
Por su parte, Ben Taleblu aseveró: «Si Irán quisiera convertir en un arma su programa nuclear ya tiene los cohetes para ello».
Herido, pero no liquidado
La inteligencia de EE.UU. estimaba que Irán poseía unos 3.000 misiles de distinto calibre y rango, el grueso de los cuales se encontraría en estas bases subterráneas, publicó el ISW.
El ejército israelí, por su parte, cree que el arsenal de cohetes de Teherán es de 2.000 y ha recordado que ya ha utilizado unos 370 misiles desde el pasado 13 de junio.
Desde este centro de estudios, consideran que la perdida de un número importante de plataformas móviles de lanzamiento, de sistemas de defensa antiaérea y de comandantes militares parecen estar dificultando la respuesta iraní, tal y como revela el hecho de que el número de misiles que ha disparado contra Israel en los últimos días es menor al de la primera jornada.
Sin embargo, los expertos consultados por la BBC aseguraron que las llamadas «ciudades de misiles» siguen representando una amenaza importante para Israel.
«Estas instalaciones son y ciertamente serán un objetivo para Israel, porque desde ellas se pueden disparar misiles que pueden alcanzar su territorio», dijo Ben Taleblu.
Una opinión similar dio Bazylczyk, quien aseveró: «La destrucción de estas instalaciones limitaría aún más las posibilidades del régimen iraní de responder a las acciones militares israelíes».
Esta semana aviones y misiles israelíes atacaron tres de estas bases subterráneas ubicadas en Jorramabad, Kermanshah y Tabriz, de acuerdo con un reporte del CSIS.