Un estudio privado revela que se sumaron 302.000 nuevos ocupados, pero 8 de cada 10 fueron trabajos informales.
La recuperación del mercado laboral en el tercer trimestre del año llegó con una cara amarga. Según un estudio de la consultora Politikon Chaco, al que accedió la Agencia Noticias Argentinas, la tasa de empleo a nivel nacional mejoró hasta el 45,4%, sumando 302.000 nuevos ocupadosrespecto al trimestre anterior. Sin embargo, los números esconden un dato alarmante: el 84% de estos nuevos puestos de trabajo fueron informales, un indicador claro del deterioro en la calidad del empleo.
El Gran Buenos Aires, motor de una recuperación precaria
El análisis regional muestra que el Gran Buenos Aires (GBA) fue el epicentro de esta reactivación, pero también de la precarización. El GBA concentró el 84% de los 302.000 nuevos ocupados del trimestre (un crecimiento del 3,5%) y explicó el 64% de la mejora interanual.
El informe es contundente al señalar que, aunque es «destacable el crecimiento de la población ocupada, esta fue impulsada por el empleo informal». Al comparar con el mismo trimestre de 2024, de los 238.000 nuevos ocupados a nivel país, unos 201.000 (el 84%) fueron trabajadores informales. Esto marca una tendencia preocupante hacia empleos sin derechos laborales ni protección social.
Un mapa laboral desigual en el país
La recuperación no fue uniforme en todo el territorio. Mientras el GBA y la región Pampeanalideran la tasa de empleo con un 46,1%, otras zonas se mantienen muy por debajo. El NEA tiene la tasa más baja del país (40,8%) y, junto con la Patagonia, fueron las únicas regiones que retrocedieron en la comparación interanual.
La situación también es dispar en cuanto a la desocupación. La tasa nacional de desempleo se ubicó en 6,6%, con una reducción de 133.000 personas sin trabajo respecto al trimestre anterior. No obstante, regiones como el NEA y el NOA vieron aumentar su desocupación en el último año, mientras que el GBA y la Patagonia lograron las mayores bajas.
El informe de Politikon Chaco deja en evidencia una realidad compleja. Si bien hay más personas trabajando, el motor de esta recuperación es frágil y de baja calidad. La alta informalidad que impulsa las cifras positivas plantea un desafío estructural para la economía argentina: cómo generar empleo genuino y de calidad que permita una mejora real en los ingresos y las condiciones de vida de los trabajadores.




