Un centenar de jefes de Estado, funcionarios, embajadores y representantes extranjeros saludaron esta tarde a Alberto Fernández y a su Canciller, Felipe Solá, en la Casa Rosada. La recepción a las delegaciones internacionales y a los invitados especiales, con el tradicional «besamanos», comenzó a las 15 en el Salón Blanco y, casi en simultáneo, el flamante presidente recibió, vía Twitter, el saludo de la directora del FMI, Kristalina Georgieva, con un mensaje de apoyo al discurso que dio el mandatario tras la jura en el Congreso.
Fernández recibió, entre otros mandatarios, al presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez; el de Paraguay, Mario Abdo Benítez; el de Cuba, Miguel Díaz Canel; y la de Serbia, Ana Brnabic.
Tras la tirantez que exhibieron Fernández y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante las semanas de la transición, ayer el brasileño mostró señales positivas en la relación bilateral. Finalmente a la Argentina viajó el vicepresidente Hamilton Mourão para saludar al flamante jefe de Estado argentino.
Originalmente, en la lista de invitados oficial no figuraba ningún enviado de Bolsonaro, pero ayer a última hora Mourão se sumó a la nómina de delegados oficiales. Ante el nuevo de escenario, Felipe Solá habría intentado gestionar con el vicepresidente brasileño un encuentro privado con Fernández, pero Mourão se inclinó por ver al presidente argentino directamente en el besamanos.
En su primer discurso, Fernández, habló sobre la política exterior de la Argentina y destacó que apostará a una «agenda ambiciosa, innovadora y creativa» en la relación con Brasil.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, en tanto, no pudo viajar para la asunción. El propio Fernández justificó su ausencia durante su discurso en el Congreso cuando explicó que su par debió quedarse en su país para monitorear los operativos por la desaparición de un avión de la Fuerza Aérea trasandina con 38 personas a bordo que intentaba cruzaba el Cabo de Hornos.
Durante el besamanos, Fernández se detuvo a hablar especialmente con el expresidente de Ecuador Rafael Correa. Le dijo varias palabras al oído cuando pasó a tomarse la foto oficial en el Salón Blanco.
El Presidente también saludó y conversó afectuosamente con el expresidente uruguayo Pepe Mujica y con su esposa, Lucía Topolansky, con quienes comparte una amistad. A la ministra de Juventud y Deportes de Francia, Roxana Maracineau, también le destinó un tiempo especial durante el besamanos, tras la conversación telefónica que había mantenido con Emmanuel Macron, y la visita pendiente que tiene a ese país, según La Nación.
