La aparición del Jiu Tian marca el comienzo de una nueva etapa en la guerra, con enjambres de drones capaces de modificar drásticamente el equilibrio militar a escala global.
En un contexto en el que la tensión entre China y Estados Unidos es tapa de todos los diarios hace varios meses, el gigante asiático dio un paso decisivo con el desarrollo del Jiu Tian, un vehículo aéreo no tripulado que recibió el apodo de la «diosa de la guerra» por su capacidad para revolucionar el combate moderno.
Este portadrones aéreo plantea un desafío directo a las potencias rivales, principalmente al país norteamericano, que observan con preocupación su avance y posible impacto en futuros conflictos, incluyendo una hipotética Tercera Guerra Mundial, así lo reseña Canal 26
El rol clave de los drones en la guerra moderna quedó evidenciado en conflictos recientes, como la guerra en Ucrania, donde ambos bandos emplearon drones para reconocimiento, ataques y apoyo a la artillería. Las aeronaves no tripuladas permiten identificar objetivos con rapidez, optimizar el uso de municiones y reducir costos operativos, transformando la logística y la táctica militar.
Ante este contexto, aparece el sofisticado Jiu Tian. Diseñado para actuar como una nave nodriza aérea capaz de transportar hasta seis toneladas de municiones y drones más pequeños, cuenta con una envergadura que alcanza los 25 metros y un peso máximo al despegue de 16 toneladas.
Propulsado por un motor a reacción ubicado sobre el fuselaje, puede operar a altitudes de hasta 15.000 metros y recorrer distancias superiores a los 7.000 kilómetros, lo que le permite superar sistemas de defensa aérea de alcance medio y mantener una ventaja táctica significativa.
El portadrones que puede modificar el rumbo de cualquier guerra
Lo que resulta más innovador y temible en el Jiu Tian es su capacidad para desplegar enjambres de hasta 100 drones simultáneamente desde compartimientos ventrales intercambiables. Estos drones, coordinados y operando en conjunto, pueden saturar y abrumar los sistemas antiaéreos enemigos, dificultando su neutralización y aumentando la efectividad de ataques ofensivos o misiones de reconocimiento.
Esta capacidad de saturación aérea convierte al Jiu Tian en una plataforma de comando autónoma que puede cambiar radicalmente la dinámica del campo de batalla moderno.
Si bien todavía no comenzó su producción en serie, el avance del portadrones refleja la apuesta estratégica de China por la guerra no tripulada y la inteligencia artificial aplicada a operaciones militares.