El manager de la selección argentina y campeón del Mundo en México ’86, Jorge Burruchaga, consideró una «exageración» que se intente boicotear a Lionel Messi por participar del amistoso contra Israel del próximo sábado en Jerusalén y ratificó que «todo está pactado para ir y jugar».
«Lo hemos dicho siempre. Este es un deporte que apasiona en toda la tierra y llevarlo al plano político de esta forma es una exageración», aseguró Burruchaga a Télam en Barcelona, después de que el Presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Yibril Rajub, advirtió que los hinchas árabes y musulmanes quemarían imágenes y camisetas de Messi si el astro argentino juega el amistoso frente a Israel.
«La exposición de Messi siempre es grande, yo no creo que se llegue a este extremo (de quemar sus fotos). Pero mezclar fútbol y política no es bueno», remarcó el actual manager del seleccionado argentino, quien avala la decisión de la AFA de jugar el polémico partido en Jerusalén a 11 días del debut en el Mundial de Rusia ante Islandia en Moscú.
Rajub lanzó la advertencia del impacto que puede tener el partido para la imagen de Messi en la conflictiva región durante una manifestación frente a la representación argentina en Ramallah, Cisjordania, donde pidió que se cancelara el encuentro.
El partido se realizará en el Estadio Teddy Kollek, situado en el vecindario de Malha, en Jerusalén Este, precisamente en el lugar donde fue destruida una aldea palestina durante la guerra que llevó a la creación del Estado de Israel hace 70 años.
«No vengas Messi, no encubras el rostro del racismo», le pidió Rajub al capitán argentino.
A su reclamo se sumó una carta firmada por 70 niños refugiados palestinos, originarios de la misma aldea, que explican la destrucción del que fue su hogar y piden a Messi, que no juegue el amistoso porque para ellos será «un día triste» y les romperá sus «corazones».
Rajub también envió recientemente una misiva al presidente de la AFA, Carlos Tapia, en la que condenaba el encuentro porque considera que supone apoyar la «normalización» de la ocupación de Jerusalén Este, un territorio ocupado en 1967 y anexado por Israel en 1980, y que los palestinos reivindican como futura capital de su Estado.
Burruchaga, sin embargo, negó que haya una postura política detrás de la decisión de la AFA, y recordó que Argentina jugó contra Israel en el pasado, sin que se hubiese llegado a este mismo nivel de polémica.
«Los problemas en esa zona (Medio Oriente) no son nuevos. También existían cuando fuimos nosotros», recordó Burruchaga, protagonista de la selección campeona que hace 32 años fue a tierras israelíes a jugar el partido «cábala» previo al Mundial.
Carlos Salvador Bilardo tomó nota de aquel duelo y lo repitió en 1990 y Argentina fue subcampeón en Italia. Pero en 1994, Diego Armando Maradona convenció a Alfio Basile para jugar el mismo partido y el resultado no fue tan exitoso, igual que en 1998, antes del Mundial de Francia con Daniel Passarella.
«Ojalá tengamos la misma fortuna que en el ’86 y ganemos el Mundial. Messi se lo merece», deseó Burruchaga.
No obstante, el autor del gol que llevó a la Argentina a la gloria pide tomar el partido como lo que es: «Un duelo de preparación, el último antes del debut, que servirá al técnico para sacar conclusiones».
A pesar de que el manager del equipo sostiene que el DT Jorge Sampaoli estaba de acuerdo con jugar este partido, es sabido, de fuentes del cuerpo técnico, que no es así, pero que «tuvo que adaptarse» a las exigencias.
El partido por el que la AFA recibirá tres millones de dólares, según distintas fuentes, es esperado ansiosamente en Israel, donde en apenas 20 minutos se vendieron casi las 34.000 entradas disponibles.
El encuentro amistoso entre Argentina e Israel, que se oficializó el 16 de mayo tras una reunión entre Tapia y el embajador israelí Ilán Sztulman, generó polémica desde el inicio, por el delicado momento político que atraviesa la región, a raíz de la escalada de tensión que se produjo por el traslado de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén apenas dos días antes.
El estadio Teddy Kollek, donde los israelíes esperan ver a Messi, máximo ídolo futbolístico en Israel, Sergio Agüero, figura del Manchester City, o Ángel Di María, de Paris Sant Germain, se encuentra ubicado a sólo 100 kilómetros de la conflictiva Franja de Gaza.
En ese sentido, Burruchaga asegura que no se correrán riesgos ya las autoridades israelíes «ofrecen seguridad», por lo que «está todo pactado para ir y jugar».
Los jugadores de la selección partirán el jueves por la tarde de Barcelona con destino Tel Aviv y desde allí se trasladarán en autobús hasta Jerusalén. El viernes por la tarde tienen previsto hacer una visita al Muro de los Lamentos con Messi a la cabeza.
En el búnker de la selección argentina en el Hotel Princesa Sofía de Barcelona, Messi se mantiene al margen de todo lo que está sucediendo alrededor de su figura, inmerso en la rutina de la selección y pensando en el partido del sábado 16 ante Islandia.
«Lo veo con muchas ganas, muy metido, ansioso, esperando que llegue la hora. Lo único que le falta es ganar un Mundial. No es fácil ganarlo, y si bien no hay merecimientos en el fútbol, él se lo merece», sostuvo Burruchaga, quien confía en que Messi, acostumbrando a estar en el foco, no se verá afectado por la tensión política que rodea el duelo previo al estreno de Argentina en el Mundial de Rusia.
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