Las elecciones primarias de Santa Fe le arrojaron otro resultado difícil de digerir a Cambiemos: la lista del presidente Mauricio Macri quedó muy lejos de la disputa por la gobernación, que se dirimirá entre el peronismo, la fuerza más votada ayer, y el socialismo.
Antonio Bonfatti resultó el candidato a gobernador más votado en las PASO del domingo, incluso por encima de las previsiones previas a la elección. Obtuvo casi 495 mil votos, un 31,87%. Así lo anunció el socialismo eufórico aún antes de tener todos los números en la mano, sabiendo que si su candidato estaba por debajo de los 30 puntos la situación hubiese sido diferente. Pero con el correr de la noche, el peronismo confirmaba que la sumatoria entre Omar Perotti y María Eugenia Bielsa lo superaban. El rafaelino acumuló 447.000 votos y Bielsa obtuvo 229.000, entre ambos, superaron el 42% del total de sufragios.
La intendenta Mónica Fein resolvió fácil el dilema: «Eso ya nos pasó una vez y después ganamos nosotros», seguramente recordando la elección de 2007, cuando Hermes Binner se impuso después de que la sumatoria de Rafael Bielsa y Agustín Rossi lo superaran en las primarias. Pasadas las once de la noche, Bonfatti y Lifschitz partieron raudos a Santa Fe sin hacer declaraciones previas. Ya en la capital provincial se mostraron ganadores, junto Emilio Jatón que arrasó como intendente de esa ciudad.
Omar Perotti es el que quedó en el porcentaje esperado. Bonfatti estuvo por encima de las previsiones, Bielsa por debajo y Corral no fue tan desastroso como se esperaba. Es más, el candidato salió primero que nadie en la noche para decir que «aquí comienza nuestra campaña, mucha gente nos empezó a conocer este día», aceptando que está tercero pero dispuesto a vender cara su derrota e incluso tratando de mantener las expectativas de cara a las generales de junio.
Como lo anticiparon Bonfatti y Miguel Lifschitz (el más votado en la categoría de diputado, como se esperaba); la polarización en junio estará entre Bonfatti y Perotti. Como la diferencia entre ambos es más amplia de lo que se creía, los esfuerzos por retener los votos de Bielsa para sí deberán comenzar hoy mismo.
Ese escenario no sólo es anunciado por el socialismo sino que es deseado y buscado, en la convicción de que podrán polarizar mejor con el senador nacional que con la arquitecta Bielsa. Es claro que no sucedió en la medida que esperaba lo que Bielsa decía en la campaña: «El acuerdo de Perotti con el kirchnerismo es de cúpulas, los kirchneristas va a terminar votándonos a nosotros por convicción». En verdad el comportamiento fue más orgánico a esos acuerdos de lo que se esperaban.
La diferencia por la que pierde Bielsa puede ser una dificultad no solo para alcanzar el porcentaje contra el socialismo, sino también para convencer a la propia protagonista de que a pesar de los resultados negativos, debe comprometerse con lo que resta de campaña de cara a las generales de junio. Anoche, el presidente del Partido Justicialista Ricardo Olivera ya empezaba a transpirar la camiseta para lograr mantener juntas a las partes que componen la unidad. Un paso indispensable si el peronismo quiere tener chances a futuro.
Fue la candidata a vicegobernadora de Perotti, Alejandra Rodenas la primera que se animó a decir que «juntos estamos ganando la provincia de Santa Fe» y la primer foto de unidad en la sede del partido justicialista de Santa Fe fue entre el titular del partido Olivera, el diputado Roberto Mirabella y la candidata a diputada de Bielsa, Silvina Frana. Hasta ahí llegaba cuando Perotti se encontraba ya en las oficinas de esa sede y Bielsa permanecía en la sede de la Federación de Trabajadores Municipales de Santa Fe.
Hay que señalar que ni el socialismo falta a la verdad cuando dice que Bonfatti es el hombre más votado de la provincia y tampoco mienten en el PJ cuando señalan que juntos ganaron la provincia. Pero los dos saben que falta el último y definitivo round de las generales de junio.
Cambiemos pudo demostrar con Corral y Anita Martínez que la marca no está totalmente chocada pero que sí fue muy dañada por la caída del gobierno y de la imagen presidencial. Aunque en Rosario, el peor lugar del país donde se encuentra el oficialismo nacional, al candidato macrista no le fue tan mal en las seccionales del centro o al menos, no tan mal como se esperaba.
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