A más de un siglo de su invención, los jeans lograron imponerse en el mercado de la moda y convertirse en un símbolo de identidad y libertad.
Un 20 de mayo pero de 1873, Levi Strauss y Jacob Davis patentaron los jeans. En ese momento, nunca se imaginaron estar dando paso a una de las prendas que revolucionaría la industria de la moda en los próximos años.
Cualquier fanático de la indumentaria coincide en que el jean es un ícono que atraviesa culturas, ya que fue creado principalmente para los trabajadores y hoy en día la mayoría tiene uno es su armario. Gracias a su comodidad y versatilidad, supo imponerse con el paso del tiempo y mantener su estilo.
Cómo nacieron los jeans: desde su primer diseño a convertirse en una prenda emblemática
Levi Strauss era un inmigrante bávaro radicado en San Francisco que le vendía telas, ropa y productos textiles a los mineros y trabajadores de la región. Por su parte, Jacob Davis, un sastre de origen letón que vivía en Nevada, formaba parte de su cartera de clientes.
En 1872, Davis tuvo una idea revolucionaria: usar remaches de cobre en los puntos de mayor tensión de los pantalones, como los bolsillos y la base de la cremallera, para evitar que se rompieran con el uso de todos los días.
La prenda resultó un éxito entre los trabajadores, pero no tenía recursos para patentarla solo. Por eso, le propuso a Strauss asociarse y dividir los costos. Un año después, el dúo recibió la Patente N° 139.121 de la Oficina de Patentes de Estados Unidos, y así nació oficialmente el pantalón con remaches. Según información de Cien Radios.
La tela que habían utilizado para esta creación estaba teñida de azul índigo: el denim. Con el tiempo, este término se convertiría en sinónimo de “jean”. En las primeras décadas, resultó una prenda funcional que vestía a agricultores, mineros, ganaderos y obreros de fábricas.
Los cambios de Levi Strauss y Jacob Davis en su marca de jeans
Luego de algunos años, la patente expiró y los socios se dieron cuenta de que la competencia empezó a expandirse y querer ganar terreno de forma abrumadora. Frente a esto, en 1986, diseñaron su propio isologotipo compuesto por dos caballos.
En esta misma línea, le sumaron a sus jeans las reconocidas puntadas en forma de arco en los bolsillos traseros y, en 1936, introdujeron las famosas etiquetas rojas a la marca para darle identidad y lograr diferenciarse en el mercado.
Conforme al tiempo pasaba, las personas los adaptaron a todo tipo de estilos: hippies, punks, rockeros, skaters y fashionistas utilizaron el jean como una pieza básica, reinterpretándola según sus identidades. Así, estos pantalones lograron imponerse y se volvieron universales.
Un legado que continúa en crecimiento
Más de un siglo y medio después de su invención, los jeans continúan reaventándose. Ya no son solo pantalones: camisas, camperas, vestidos y hasta zapatos hechos con denim forman parte de la industria de la moda.
De acuerdo a una investigación, se estimó que el número de jeans que conformaba el mercado global en 2022 era de 3.100 millones. Asimismo, se pronostica que para 2026, esta cifra crezca exponencialmente hasta alcanzar más de 3.460 millones de unidades.
Más que una prenda de vestir, los jeans supieron atravesar fronteras y clases sociales. Un invento nacido desde la necesidad y creatividad que logró reversionar la forma en la que nos vestimos y definir la cultura de miles de generaciones.