La reunión que convocó Das Neves en Trelew mostró el desgaste de su conducción. Los candidatos a intendente exigieron compartir cartel y que sus fotos vayan en la boleta, y tuvieron que darle libertad de acción a cada uno de ellos. Se suma el Rafa Williams y hay “doble comando” en la campaña. Arcioni, ausente. El ChuSoTo ratifica que no tiene rumbo.
Luego de una semana en Buenos Aires, Mario Das Neves reapareció por Trelew convocando a las huestes del ChuSoTo para hacer una evaluación de los resultados de la elección en la que quedó por debajo del FpV. Pero, lejos de mostrar un espacio político alineado y convencido de su rumbo, lo único que hizo fue abrir una caja de Pandora dando rienda suelta a los vedettismos, las internas y los cuestionamientos dentro del partido.
Así, el encuentro dejó más dudas que certezas y la conducción de Das Neves quedó marcadamente desgastada. Con heridas que van desde aspectos muy simbólicos hasta cuestiones que hacen a la dinámica del poder dentro del ChuSoTo.
Uno de los aspectos más pintorescos que muestra de cuerpo entero cual fue el espíritu reinante en la cumbre chusotista es la resolución de que, para las generales, las boletas incluirán también las fotos de los candidatos a intendentes.
Esta determinación, más propia de la cartelera de los teatros de la porteñísima avenida Corrientes donde las vedettes se pelean por figurar en el cartel, esconde un fuerte cuestionamiento al estilo de conducción de Das Neves. En su momento muchos protestaron en voz baja porque la única foto en la boleta era la del führer chusotista, pero nunca se atrevieron a debatirlo públicamente. Hasta ahora.
Otro punto llamativo de las conclusiones de este encuentro es que se decidiera otorgarle “libertad de acción” a cada uno de los dirigentes del ChuSoTo. Esto, ni más ni menos, significa que la conducción partidaria renunció a su rol y decretó el “arréglense como puedan pero traigan votos”.
Pero si de conducción se trata, nada llama tan poderosamente la atención como la entrada en escena de Rafael Williams como co-jefe de campaña. Al parecer, no alcanzó con el trabajo de Víctor Cisterna, por lo que ahora hace falta un “doble comando”. Una fórmula cuya efectividad en este caso está por verse pero que, por lo general, nunca funciona.
Por si fuera poco, el candidato a vicegobernador ungido por el dedo de Das Neves, Mariano Arcioni, prefirió hacer las valijas de un “viaje impostergable” y no apareció por este encuentro. No fuera a ser que alguien le cuestionara el exiguo resultado de Comodoro, donde el ChuSoTo quedó a 30 mil votos de distancia del FpV, en un cómodo tercer lugar.
Todo esto resulta una novedad en el mapa político. En otros tiempos, nadie se hubiese animado a cuestionar a Mario Das Neves.
Hasta hace poco, era impensable algo así como compartir cartel con él, tomar decisiones por fuera de su dedo, o que se instalara un cuerpo colegiado de mando. Mucho más extraño resulta que todos estos cambios sucedan luego de lo que desde el dasnevismo se intenta instalar como “una victoria”. Algo huele muy mal en el ChuSoTo.