Condenaron a 3 años y 9 meses de prisión a Julieta Silva por el asesinato de su novio, el rugbier Genaro Fortunato. Para el Tribunal, la acusada de 30 años atropelló al joven pero lo hizo sin intención de asesinarlo.
El veredicto de los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle fue unánime y estableció que se trató de un «homicidio culposo agravado». Silva seguirá detenida en prisión domiciliaria, tal como resolvió el Tribunal y se le impuso una inhabilitación de ocho años para conducir.
La joven, madre de dos hijos pequeños, recibió una condena leve si se tienen en cuenta las solicitadas por la Fiscalía y por la familia de la víctima, que iban de 14 a 20 años de prisión.
La última jornada del juicio tuvo una intervención inesperada después de que Julieta Silva se negara a hacer uso de sus últimas palabras. En su lugar, fue Graciela Linares, la mamá de la víctima, quien habló y se dirigió directo a la acusada: “¿Por qué Julieta?, Genaro te quería”.
También resultó sorpresiva la ausencia del fiscal Fernando Guzzo, quien se excusó por razones personales.
«Tengo el derecho de poder preguntar por qué, de poder entender qué pasó, qué tanto mal hizo Genaro», manifestó Linares y, a pesar de las advertencias para que se dirigiera a la sala en general, siguió hablándole a Silva. «Genaro te quería Julieta, tenía proyectos con vos y vos sabés de lo que te estoy hablando», le dijo al borde de las lágrimas.
El caso
Genaro Fortunato murió en la madrugada del 9 de septiembre de 2017, a la salida del boliche La Mona de San Rafael, en Mendoza. Había discutido con Silva en ese lugar y, al salir, ella se subió a su auto y él quiso impedir que se fuera.
Lo que ocurrió después es lo que se trataba de entender. De acuerdo al testimonio de un cuidacoches, el joven se puso delante del vehículo y hasta intentó subirse al capot con tal de detenerla. En ese momento la mujer arrancó el auto y atropelló a su novio. Después dio un giro en U y volvió a pasarle por encima, cuando ya estaba en el suelo.
Ella aseguró no haberlo visto porque estaba muy oscuro, llovía y no tenía puestos sus anteojos. El 14 de agosto declaró ante el juez en ese sentido: «Tuve la sensación de que había pisado un pozo y seguí”.
Quebrada, Silva señaló que el chico del estacionamiento cruzó en diagonal, le hizo señas y le dijo: “Lo atropellaste. Atropellaste al chico que estaba con vos”. “No le creía porque no había nadie más ahí. Me bajé con la llave del auto en la mano, lo ví en el piso a la derecha. No podía entender cómo estaba ahí. Volví al auto y llamé al 911. No entendía nada.
TN