En la audiencia de apertura de investigación para 10 empresarios de la construcción en la investigación por la causa “Embrujo”, dos empresarios pidieron hablar ante el juez Sergio Piñeda a los que se sumó el abogado defensor de otro empresario de Comodoro Rivadavia. Todos coincidieron en que fueron víctimas de las presiones de Diego Correa y del sistema de corrupción armado en torno de la obra pública en Chubut, entre los años 2004 y fines del año pasado.
El primero en hacerlo fue Francisco Manzanel uno de los dos socios de la empresa Capman de la ciudad de Esquel. Con un escrito en sus manos y sin apartarse de los conceptos que había allí vertido, dijo que “no es cierto todo lo que se me imputa”. Inmediatamente arremetió contra Diego Correa a quien vio solo una vez, el año pasado en oportunidad de celebrarse el aniversario de la ciudad de Esquel. “La provincia tenía deudas que afectaban a nuestra empresa. Me llamó (por Correa) por teléfono y me dijo muy claramente: las cosas son así. Si querés cobrar tenés que pagar, El 3% si es al contado o el 5% si es con un cheque. Después tenés que dejar un mensaje en mi número de teléfono para confirmar el pago. Fue un apriete, una extorsión para que pudiésemos cobrar por obras que ya habíamos ejecutado. Nos extorsionaba porque sabía que éramos una empresa chica y que si no cumplíamos debíamos dejar gente en la calle. Fuimos víctimas de Correa y sus manejos que se repetían sistemáticamente para su beneficio propio y de algún otro funcionario”, concluyó.
Inmediatamente lo hizo su socio, Mauricio Capendegui que fue más breve porque se limitó a decir que coincidía con todo lo que había dicho Manzanel. “Correa me amenazó dos veces. Me dijo: ´me parece que no entendiste. O es el 3 ó es el 5%´. Fue en Casa de Gobierno en Rawson”.