Aún no debutó la nueva composición de la Cámara de Diputados y desde el peronismo ya se iniciaron sigilosas negociaciones con legisladores «sueltos» de distintos bloques para aumentar su tropa. El objetivo es que el 10 de diciembre Máximo Kirchner, el hijo de la vicepresidenta electa, reciba llave en mano la jefatura de un bloque unificado que se arrime a la mayoría de 129 diputados. Están cerca: con los aliados, el Frente de Todos ya se aseguró un piso mínimo de 126 apoyos.
Tras la renovación parlamentaria, el futuro bloque oficialista contará con 110 diputados; será la segunda minoría detrás de Juntos por el Cambio, con 119 legisladores. El actual jefe de bloque Agustín Rossi -con un pie en el Ministerio de Defensa- y el próximo presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, son los encargados por estas horas de sumar aliados no solo para asegurar las futuras leyes: también quieren disputar el dominio de las comisiones más importantes. Juntos por el Cambio promete dar la pelea.
Este «operativo seducción», aceitado con promesas de cargos (una ventaja de la que goza todo oficialismo que maneja «la caja»), ya produjo sus réditos: 16 diputados extrapartidarios prometieron su apoyo, entre ellos los santiagueños del Frente Cívico; los misioneros del Frente de la Concordia; los puntanos del PJ de San Luis; el Movimiento Popular Neuquino, y Somos Río Negro, del gobernador Alberto Weretilneck.
Pero las negociaciones tienen mejor sabor cuando los nuevos aliados provienen del sector adversario. Hacia ellos apunta Massa, quien busca atraer a dos peronistas aliados a Pro: Pablo Ansaloni, referente del gremio de los peones rurales, y el tucumano Domingo Amaya. El mendocino José Luis Ramón también se dejó seducir por las ofertas peronistas. Pero el trofeo mayor lo constituyen los cuatro diputados por Córdoba que responden al gobernador Juan Schiaretti, un peronista que hasta ahora mantuvo distancia del Frente de Todos.
«Los cordobeses van a mantener su identidad como bloque independiente, pero han hecho saber que quieren colaborar [con el nuevo gobierno]», confían los operadores.
Con todos ellos el quorum está asegurado, afirman en el PJ. Esa es la prioridad de Massa y de Máximo Kirchner: garantizarse un piso mínimo de apoyos para no depender de los votos de la oposición.