La vecina de Esquel Viviana Coronel la semana pasada montó guardia en Buenos Aires en los lugares que frecuenta el por entonces candidato a la presidencia y ahora presidente electo de la Nación Argentina, Alberto Fernández.
En su sitio oficial, la asamblea de Vecinos Autoconvocados explica y referencia por qué se llegó a la determinación de enviar con un emisario este material, con objeto de entregárselo en sus manos, para que sepa por qué las asambleas ciudadanas de Chubut se oponen a la megaminería.
Desde los albores de las elecciones nacionales y provinciales, las asambleas chubutenses utilizamos un slogan que describe nuestro pensamiento: “Gane quien gane, que pierda la megaminería”. Y aquí estamos frente a quien será el futuro presidente de los argentinos, Alberto Fernández, planificando cómo vamos a afrontar lo que el periodista Darío Aranda describió como “El extractivismo que viene”.
Los vecinos dialogaron unos minutos el viernes 25 de octubre antes de las elecciones en la puerta de su despacho, le dejaron la publicación de la asamblea con una compilación de información de los últimos 17 años. En el libro le dejaron una dedicatoria especial al electo presidente:
En diálogo con la prensa, la vecina de la asamblea relató como se dio el encuentro con Fernández «íbamos a intentar resolver esto y accionar para que pudiéramos entregarle este manual y lo intentamos en la Facultad de Derecho el día miércoles, porque compañeros que están allá nos ayudaron a identificar en qué momento lo podíamos ubicar entre las 11 y las 13:00 horas. Lo intentamos con Mike y con Laura que son de nuestras comunidades, pero están viviendo allá y no lo logramos porque ese día no dio clases» relató Viviana aunque sin perder las esperanzas insistió en otro momento y lugar.
La perseverancia los llevó a buscar por otros lugares «Después nos enteramos que estaba en Chaco así nos explicó el adjunto, hasta que dimos con alguien que nos ayudó a conocer donde funciona su estudio y allí fuimos el día viernes. Estuvimos prácticamente dos horas esperando hasta que nos dimos cuenta que había un movimiento y se aproximaba el momento de salida de Fernández nos acercamos porque escuchamos su voz e inmediatamente nos facilitó el acercamiento, no hubo ningún tipo de impedimento al contrario fue muy afable le dijimos que queríamos entregar el manual y lo aceptó de muy buena manera inmediatamente».
«Le pedimos que leyera por favor la dedicatoria, que era muy importante la misión agradeció y entonces ahí nos dijo que si esto se hacía (la megaminería) en forma cautelosa, de la forma que había que hacerlo era factible entonces ahí sí le dije mirándolo a los ojos que por favor considerábamos que él era el lector que lo leyera, me dijo que sí que se comprometía y por lo tanto le dije bueno si lo lees, te vas a dar cuenta que lo que estás diciendo es un imposible así que se comprometió a leerlo».