Insulina transgénica y su impacto. Las bacterias suelen tener mala fama, pero la realidad es que juegan un papel fundamental en nuestra vida cotidiana, incluso más de lo que imaginamos. Gracias a los avances en ciencia y biotecnología, estos microorganismos se han convertido en verdaderas fábricas de moléculas esenciales para la salud humana. Un ejemplo claro y vital es la producción de insulina transgénica, un logro científico que ha cambiado la vida de millones de personas en todo el mundo.
Antes de la llegada de la biotecnología, obtener insulina era un proceso complejo y costoso. Se extraía de páncreas de animales como cerdos y vacas, requiriendo miles de ellos para conseguir apenas medio kilo del compuesto.
Esto no solo generaba una gran dependencia de la industria ganadera, sino que también encarecía enormemente el medicamento, dificultando su acceso para muchas personas con diabetes.
La solución llegó con la ingeniería genética. Hoy en día, la insulina que se encuentra en las farmacias proviene de bacterias genéticamente modificadas, a las que se les introduce el gen de la insulina humana para que la produzcan de manera eficiente y en grandes cantidades.
Este proceso se realiza en enormes fermentadores industriales, donde millones de bacterias trabajan en la síntesis de esta proteína vital. Una vez producida, la insulina se purifica, se envasa y se distribuye a los pacientes que la necesitan.
El impacto de esta innovación es innegable. No solo ha permitido una producción masiva de insulina a un costo más accesible, sino que también ha reducido la necesidad de sacrificar animales para su obtención. Hoy, millones de personas con diabetes pueden acceder a un tratamiento más seguro, efectivo y sostenible, gracias a estas pequeñas pero poderosas bacterias.
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La próxima vez que pienses en bacterias como algo negativo, recordá que algunas de ellas trabajan incansablemente para salvar vidas.