Una manifestación convocada para exigir paz y justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, terminó con la irrupción violenta de grupos encapuchados en el Palacio de Gobierno de Michoacán.
La protesta, que inicialmente reunió a unas tres mil personas vestidas de blanco, derivó en destrozos y enfrentamientos con la policía estatal.
De la marcha pacífica a la violencia
La convocatoria surgió anónimamente en redes sociales para reunirse en la Plaza Jardín Morelos de Morelia con código de vestimenta blanco, simbolizando la paz. La marcha avanzó de forma pacífica por la avenida Francisco I Madero hasta que «hombres y mujeres vestidos de negro se mezclaron con el grupo e ingresaron por la fuerza al recinto del Palacio de Gobierno», donde causaron destrozos en oficinas y mobiliario.
Intervención policial y uso de gas lacrimógeno
Elementos de la policía estatal utilizaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes y controlar la situación, logrando capturar a varios jóvenes que fueron trasladados a dependencias policiales. Durante los enfrentamientos, varios periodistas que cubrían los hechos resultaron heridos mientras realizaban su trabajo, evidenciando la tensión del momento.
Contexto de indignación por asesinato de alcalde
Las protestas surgen directamente como respuesta al asesinato del alcalde Carlos Manzo Rodríguez. Este crimen tiene un significado particularmente grave: Manzo se convirtió en el séptimo presidente municipal asesinado mientras Alfredo Ramírez Bedolla ocupa la gubernatura. La indignación ciudadana se expresó de manera contundente en las paredes del Palacio de Gobierno. Allí quedaron plasmadas pintas con mensajes claros y directos. Frases como «Justicia para Manzo», «Basta de tanto crimen» y «Fuera Morena» capturaron visiblemente el profundo enojo que recorre a la población.
Rechazo al gobernador durante funeral
Momentos antes de la protesta en Morelia, el gobernador Ramírez Bedolla fue abucheado y expulsado por asistentes cuando acudió a presentar condolencias en la funeraria de Uruapan. Los familiares y servidores públicos del alcalde asesinado le gritaron «¡fuera, fuera!» mostrando el rechazo frontal a su presencia en el homenaje póstumo.
Compromiso de continuar la lucha
La esposa de Carlos Manzo, Grecia Itzel Quiroz García, aseguró que el movimiento «La Sombreriza» fundado por su esposo continuará para apoyar a la población uruapense. Durante el homenaje de cuerpo presente, declaró que aunque «le fue arrebatada la vida y se apagó su voz, su lucha nunca acabará», prometiendo hacer frente a la delincuencia que azota la región. Información extraída del medio Proceso.
