El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, afirmó que emitir moneda sin sustento real va contra la Constitución y advirtió sobre los límites jurídicos de una eventual dolarización. «La Argentina no puede tener una única moneda que sea extranjera», sentenció.
En una extensa entrevista, el máximo magistrado del país analizó con profundidad uno de los debates económicos centrales de la agenda pública. Según reportó la Agencia Noticias Argentinas (NA), Rosatti dejó en claro que la Carta Magna obliga a defender el valor de la moneda nacional, estableciendo un vínculo directo entre la base monetaria y las reservas. Una emisión descontrolada, afirmó, «disminuye el valor intrínseco» del peso y es contraria al mandato constitucional.
Rosatti explicó que las funciones esenciales de una moneda son ser medio de intercambio, unidad de cuenta y reserva de valor. Adoptar el dólar como moneda única, señaló, implicaría renunciar a la capacidad soberana de emitir, acuñar y fijar el valor de la moneda de curso legal, algo que la Constitución prohíbe expresamente.
Dolarización: una referencia posible, pero con límites claros
El juez reconoció que el dólar puede utilizarse como referencia o reserva de valor, tal como ocurrió durante la convertibilidad en los años 90. Sin embargo, hizo una advertencia clave: esa experiencia demostró los riesgos de atar la moneda nacional a una economía «mucho más grande y próspera», como la de Estados Unidos.
«Lo que sí puede hacer la moneda argentina es compararse con otra moneda», indicó Rosatti. No obstante, remarcó con firmeza que la Argentina «no puede regular el valor» de divisas extranjeras como el dólar o el real, y que establecer una paridad fija es una medida que, en la práctica, no es reversible.
Consultado sobre si sus declaraciones públicas influyeron en el giro del gobierno hacia el fortalecimiento del peso, el presidente de la Corte respondió que sería «presuntuoso» pensarlo. «La que manda es la Constitución», enfatizó, más allá de cualquier mensaje político. Sobre una posible reacción del presidente Javier Milei, aseguró que su vínculo con los jefes de Estado ha sido «prácticamente nulo» y que ninguno lo llamó «por el destino de un expediente».
Más allá de la moneda: otros temas candentes del máximo tribunal
La entrevista, publicada originalmente por el diario Perfil, tocó otros temas sensibles de la agenda judicial y política. Sobre la confirmación de la condena a la expresidenta Cristina Kirchner en la causa Vialidad, Rosatti dijo haber terminado ese día con la sensación de haber «cumplido con el deber», aunque admitió que a veces los jueces firman sentencias que los «mortifican» durante mucho tiempo.
Respecto al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, el magistrado recordó que la Constitución fija un procedimiento legislativo que «no ha terminado». Por ello, la Corte decidió esperar la definición del Congreso, un Congreso que, según dijo, ya transformó el «ómnibus» original del decreto en «varias traffics» con destinos judiciales y legislativos distintos.
Al referirse al Consejo de la Magistratura, órgano que también preside, Rosatti defendió su funcionamiento y destacó que alrededor del «95 por ciento» de sus decisiones se toman por unanimidad. Cuestionó, no obstante, la demora del Poder Ejecutivo y del Senado en cubrir las numerosas vacantes judiciales, un problema que afecta directamente la eficacia del sistema.
Con estas declaraciones, el presidente de la Corte Suprema reafirmó el rol del Poder Judicial como intérprete último de la Constitución, marcando límites jurídicos a políticas económicas de alto impacto y delineando una postura institucional frente a los otros poderes del Estado.




