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En medio de una dura interna en el Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández se trasladará este martes por la noche a Ushuaia y el miércoles viajará desde allí a la base científica militar Marambio, en la Antártida, a bordo de un avión Hércules 130 de la Fuerza Aérea. Lo confirmaron a TN fuentes de la Casa Rosada.

Será la cuarta visita de un jefe de Estado argentino al continente antártico y la primera en lo que va de este siglo. El viaje se enmarca en la Campaña Antártica de Verano.

“La visita del Presidente a la Antártida argentina ha puesto en valor el carácter de pionera que tiene la República Argentina en el continente antártico. Pero además expresa con su presencia el objetivo de la Argentina de constituirse en la vanguardia antártica”, dijo a Télam el canciller Santiago Cafiero.

El regreso está pautado para el mismo miércoles desde la base Marambio a Ushuaia y desde ahí a Buenos Aires.

El viaje de Alberto Fernández a la Antártida se dará en medio de una fuerte tensión en el oficialismo
El viaje de Alberto Fernández a la Antártida se cumplirá en medio de fuertes tensiones internas en el Frente de Todos por las candidaturas presidenciales con vistas a las elecciones de este año.

El último enfrentamiento se produjo en las últimas horas después que el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, plantó que la vicepresidenta, Cristina Kirchner, “no está proscripta”, en contraste a la posición del ala kirchnerista. Tras esos dichos, el diputado Eduardo Valdés salió a cruzarlo y lo acusó de “hacer daño” a la coalición.

La dura reacción de Valdés se conoció luego de que el ministro de Seguridad se diferenciara del kirchnerismo por la situación de la titular del Senado, en medio del “operativo clamor” de los sectores más duros del oficialismo para que Cristina Kirchner revea su decisión y compita en las elecciones ejecutivas.

La condena contra la actual vicepresidenta en el juicio por la causa Vialidad incluye la inhabilitación para ejercer cargos públicos, pero no está firme y por el momento nada le impide ser candidata.

Cómo será el viaje de Alberto Fernández a la Antártida

El presidente viajará este martes a la noche a Ushuaia y el miércoles temprano partirá con una amplia comitiva a la Antártida.

La delegación estará integrada además por el canciller Cafiero y los ministros de Defensa, Jorge Taiana; de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; y de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, como así también por el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona; y la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, informó Telam.

El presidente Alberto Fernández irá el próximo miércoles a la base científico militar Marambio, en la Antártida, en lo que constituirá la cuarta visita de un jefe de Estado al continente blanco y que tiene el objetivo soberano de reafirmar el carácter «bicontinental» de la Argentina.

«La visita del Presidente a la Antártida argentina ha puesto en valor el carácter de pionera que tiene la República Argentina en el continente antártico. Pero además expresa con su presencia el objetivo de la Argentina de constituirse en la vanguardia antártica», señaló a Télam el canciller Santiago Cafiero.

Cafiero, que integrará la comitiva presidencial que previamente partirá el martes hacia Ushuaia, Tierra del Fuego, Antártida y Atlántico Sur, explicó que desde todas las áreas del Gobierno nacional se trabaja para «ser la vanguardia científica, haciendo de la Argentina el país con más y mejor ciencia antártica».

Fernández viajará acompañado, además de Cafiero, por los ministros de Defensa, Jorge Taiana; de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; y de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, como así también por el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona; y la portavoz presidencial Gabriela Cerruti.

La base Marambio, dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, es la principal puerta de entrada de la logística argentina en la Antártida, y desde 1947 se despliega desde allí el mayor número de campamentos científicos durante la Campaña Antártica de Verano.

Es la principal base científico militar permanente de Argentina y una de las principales de toda la Antártida, y está ubicada sobre el mar de Weddell, a 30304 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.

Telam

Los propietarios de La Alazana, el whisky que se elabora en una chacra del ejido de Lago Puelo informaron este martes a través de las redes sociales que “en el marco de un convenio específico de cooperación con el Comando Conjunto Antártico, trasladamos a dicho continente dos barricas -con cinco años de añejamiento en la destilería-, para completar su maduración en la base Marambio”.

Según destacaron, “es un hecho histórico, en el que el destilado está sometido a la influencia de los elementos de un clima extremo y marítimo, característicos de la isla Marambio. Solo el tiempo dirá cómo se expresará este single malt y qué notas características le aportará su estadía en este lugar remoto, en el que nunca antes se maduró whisky en barricas”.

Puntualmente, “en la latitud 64°S, La Alazana se convierte en la primera destilería en añejar whisky en el continente antártico y será así el whisky más austral del mundo”.

Por último, lo emprendedores expresaron su agradecimiento “al Ministerio de Defensa y a las Fuerzas Armadas por comprender el espíritu innovador de nuestra empresa y brindar el apoyo logístico y operativo para poder realizar este enorme desafío”.

La firma fue fundada en 2011 por la familia Serenelli, en su chacra de Las Golondrinas, y destila el primer whisky single malt de la Argentina.

Según valoran, en el proceso que va “del campo a la botella”, están “orgullosos de ser pioneros en el cultivo de cebada exclusiva para whisky. Las variedades sembradas en Patagonia, y malteadas en nuestra destilería, le dan un carácter distintivo a nuestra expresión de whisky 100% patagónico, junto a la turba de nuestra comarca, que se quema bajo la cebada en el proceso de malteo para obtener las diferentes notas de ahumado. Otras expresiones de La Alazana son procesadas con las mejores maltas escocesas”.

Grafican además que “el proceso de doble destilación es realizado en alambiques de cobre de diseño y construcción propia. Nos entregan un ‘spirit’ fino y elegante, para ser madurado en barricas especiales de roble americano y francés de ex bourbon, jerez, cognac y vino. En tanto, el microclima del valle del cerro Piltriquitrón asegura una larga y suave maduración, dándole la impronta de whisky patagónico”.

Investigadores de la base belga son los afectados. Sudáfrica fue la última escala que hicieron en su viaje previo.

La nueva variante Ómicron del coronavirus parece haber llegado a la Antártida, luego que un brote de Covid-19 afectara a la mayoría de investigadores presentes en la estación polar belga Princess Elisabeth, pese a las estrictas medidas adoptadas.

La noticia fue revelada por el diario belga Le Soir, que informó que dos tercios de las 25 personas que trabajan en la base polar belga resultaron infectados por la enfermedad, aunque ninguna muestra síntomas graves.

Todos los empleados habían recibido al menos dos dosis de la vacuna y habían dado negativo a la salida hacia la base polar, precisó el medio, citado por la agencia de noticias ANSA.

Según un virólogo consultado por la Secretaría Polar, es alta la probabilidad de que la infección en la estación polar sea causada por la variante Ómicron, dado que esta representa el 99% de los casos en Sudáfrica, última escala de los investigadores belgas en su viaje a la Antártida.

El iceberg más grande del mundo se desprendió de la Antártida hace pocos días. Se trata de un trozo de hielo gigante que tiene casi 80 veces el tamaño de Manhattan o, para ponerlo en otros términos, que es más grande que la isla de Mallorca en España.

El iceberg se desprendió del lado este de la plataforma de hielo de Ronne, en el mar de Weddell, informó el miércoles la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).

El iceberg, que tiene forma de una tabla de planchar gigante, mide cerca de 170 km de largo y 25 km de ancho.

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El desprendimiento de los icebergs forma parte de los ciclos naturales: grandes trozos de hielo se separan de las plataformas a intervalos regulares. Los científicos no atribuyen esta ruptura en particular al cambio climático. Creen que es parte del ciclo natural del desprendimiento de icebergs en la región.

La diferencia entre este icerberg de la Antártida a los glaciares
Una vez que se derrita, el nuevo iceberg no provocará un aumento del nivel del mar, porque era parte de una plataforma de hielo flotante (de la misma manera que un cubo de hielo que se derrite no aumenta en nivel de la bebida en un vaso).

Por este motivo, lo que sucede con icebergs como este es diferente a casos de glaciares o capas de hielo que están en la tierra y cuando se desprenden hacia el océano y se derriten aumentan el nivel global del mar. Si toda la capa de hielo de la Antártida se derritiera, podría aumentar el nivel del mar en casi 58 metros.

La ESA dijo que el iceberg fue visto por primera vez por Keith Makinson, oceanógrafo polar del British Antarctic Survey, la semana pasada y confirmado por el Centro Nacional de Hielo con imágenes del Copernicus Sentinel-1 de la ESA.

El trozo enorme de hielo ahora se conoce oficialmente como A-76. Puede que el nombre suene un poco aburrido para el iceberg más grande del mundo, pero está basado en la ciencia. La ESA explicó que tradicionalmente se nombra a los icebergs a partir del cuadrante antártico en el que fueron vistos originalmente, luego un número secuencial y después, si se rompe, una letra secuencial.

Argentina fue pionero en la Antártida hace 70 años con la creación del Instituto Antártico Argentino (IAA), el primero de este tipo en el mundo, y que tras este tiempo mantiene su compromiso renovado con las exigencias actuales de conservación medioambiental y reducción de los efectos de la crisis climática.

El país suramericano fue también el primero en tener una base en el continente, con la instalación en 1904 de la Base Antártica Conjunta Orcadas, sin embargo, su presencia dio un giro gracias a la creación del IAA en abril de 1951.

Las autoridades del país suramericano tienen claro que su presencia en la Antártida, en la que tienen 13 bases, entre las permanentes y las de la campaña de verano, tiene como objetivo el estudio científico y evitar su explotación comercial, sobre todo en lo que atañe a la extracción de hidrocarburos.

LA ANTÁRTIDA, PARA LOS CIENTÍFICOS

«Argentina es uno de los países que ha planteado que hay que preservar el continente antártico solo para la investigación científica, hay que evitar que la Antártida sea utilizada para la explotación económica o para uso militar» aseguró a Efe el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus.

Argentina es de los países que encabeza las evaluaciones que se hacen año tras año «para asegurar que esto se haga así», añadió Filmus.

En este sentido, afirmó que «hay tensiones permanentes» con otros países por la explotación de la zona, en muchos casos para la pesca, por lo que Argentina y Chile impulsaron la creación de un área marina protegida en la península antártica.

«Las investigaciones que estamos realizando muestran que la pesca indiscriminada en algunas áreas, fundamentalmente en el caso del krill (pequeño crustáceo básico en la alimentación de otras especies), están afectando a especie sustantivas», agregó Filmus.

Y advirtió que «hay países que rechazan la posibilidad de proteger áreas de explotación económica de la Antártida».

LA CRISIS CLIMÁTICA

Las investigaciones tampoco arrojan resultados positivos sobre los efectos de la crisis climática, ya que muestran «un repliegue enorme de la masa de hielo», que puede derivar en «situaciones más complejas».

También preocupa el deterioro medioambiental provocado por la contaminación, en concreto por la presencia de microplásticos en las aguas que terminan dentro de los organismos de los animales.

«El tema de los microplásticos está jugando un papel desastroso para las especies en la Antártida, en muchas de esas especies hoy ya se encuentran en sus estómagos, en sus cuerpos», aseveró.

Además de los animales, muchos pueblos que habitan la zona ven como su hábitat se deteriora.

«Todas las investigaciones actuales muestran que hay un número importantísimo de pequeños estados que están en islas que sufren enormemente la pérdida de territorio y el riesgo de desaparecer si sigue avanzando de esa manera el calentamiento global y provocando el deshielo que está provocando en la Antártida», manifestó.

CORONAVIRUS Y PANDEMIA

Para que la Antártida se conserve es importante controlar también la explotación turística, que desde el inicio de la pandemia de coronavirus está pausada, sin embargo, en 2019 acudieron 70.000 turistas a la Antártida argentina.

«Uno de los temas que toman siempre las comisiones del Tratado Antártico es cómo preservar la Antártida del turismo, el día que se abra libremente el turismo va a ser dramático», dijo Filmus.

La pandemia supuso un problema para la investigación del continente, y mientras otros países optaron por suspender sus campañas de verano, Argentina la pudo realizar gracias a los estrictos protocolos que adoptó y que, a raíz de los resultados, fueron exitosos, ya que se consiguió preservar las bases argentinas de la covid-19.

«Hubo algunos científicos que estuvieron 140 días arriba del rompehielo Irizar sin bajar, la condición para ir era hacer una doble cuarentena: una cuarentena en tierra y una cuarentena en mar antes de salir, solo eso era cada 1 mes, y después, en muchos casos, no bajar durante mucho tiempo», aseguró.

Más allá de las investigaciones científicas del IAA, la labor Argentina en la Antártida es muy diversa y tiene también un fuerte componente sociológico. Además es el único país que tiene una escuela y un cine en el continente.

Fuente: Listín Diario

Al sur del mar de Wedell, en la Antártida, se desprendió un témpano de 1.270 kilómetros cuadrados de una barrera de hielo. El desprendimiento fue detectado por especialistas del Instituto Antártico Argentino, el mismo había iniciado en 2019 y finalizó esta semana.

El témpano se desprendió de la barrera de hielo Brunt, la cual está compuesta por «una masa de hielo en flotación, que es la continuación en el océano de glaciares que provienen del continente, en este caso de la Antártida», explicaron desde el instituto.

Por otro lado, destacaron que la barrera «aún tiene otras grietas importantes que han aparecido en los últimos años y que provocarán otros desprendimientos de témpanos en el futuro, por lo que el monitoreo no termina con el desprendimiento de este témpano».

Científicos del Reino Unido descubrieron extrañar criaturas, como animales estacionarios, similares a las esponjas, adheridos a una roca que se encontraba debajo de 900 metros de hielo antártico. Según explicaron los investigadores, este es el primer registro de una comunidad de sustrato duro en las profundidades de una plataforma de hielo y parece ir en contra de todas las teorías anteriores sobre qué tipos de vida podrían sobrevivir allí.

Durante un estudio exploratorio, geólogos y otros especialistas perforaron 900 metros de hielo en la plataforma Filchner-Ronne, situada en el sureste del mar de Weddell, a una distancia de 260 kilómetros del mar abierto, en completa oscuridad y con temperaturas de -2,2 ° C.

«Nuestro descubrimiento plantea muchas más preguntas de las que responde, por ejemplo, ¿Cómo llegaron allí? ¿Qué están comiendo? ¿Cuánto tiempo han estado allí?», reflexionó Huw Griffiths, biogeógrafo de British Antarctic Survey y principal autor del estudio.

«¿Cómo de comunes son estos cantos rodados cubiertos en la vida? ¿Son estas las mismas especies que vemos afuera en la plataforma de hielo o son especies nuevas? ¿Y qué pasaría con estas comunidades si la plataforma de hielo colapsara?», continuó el especialista.

Área inexplorada

Según explicaron los expertos, las plataformas de hielo flotantes representan el mayor hábitat inexplorado del Océano Austral: cubren más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados de la plataforma continental antártica. Sin embargo, hasta el momento solo se ha estudiado a través de ocho perforaciones anteriores un área total similar en tamaño a una cancha de tenis.

Las teorías actuales sobre qué vida podría sobrevivir bajo las plataformas de hielo sugieren que toda existencia se vuelve menos abundante a medida que se aleja del mar abierto y la luz solar. Estudios anteriores han encontrado algunos pequeños depredadores y carroñeros móviles, como peces, gusanos, medusas o krill, en estos hábitats. Pero se esperaba que los organismos que se alimentan por filtración, que dependen del suministro de alimentos desde arriba, estuvieran entre los primeros en desaparecer más bajo el hielo.

Por eso fue una sorpresa cuando el equipo de geólogos, perforando el hielo para recolectar muestras de sedimentos, golpeó una roca en lugar de barro en el fondo del océano. La sorpresa fue aún mayor cuando vieron las imágenes que grabaron durante la exploración, ya que se pudo ver que la roca estaba cubierta de extrañas criaturas.

Dadas las corrientes de agua en la región, los investigadores calculan que esta comunidad puede estar hasta 1.500 kilómetros de la fuente más cercana de fotosíntesis. También se sabe que otros organismos recolectan nutrientes de derretimientos de glaciares o químicos de filtraciones de metano.

Sin embargo, para poder conocer más sobre estas extrañas criaturas s serán necesarias algunas herramientas que permitan recolectar muestras, lo que supone todo un desafío para los investigadores. «Para responder a nuestras preguntas, tendremos que encontrar una manera de acercarnos a estos animales y su entorno, y eso es debajo de 900 metros de hielo, a 260 kilómetros de los barcos donde están nuestros laboratorios», advirtió Griffiths.

«Esto significa que, como científicos polares, tendremos que encontrar formas nuevas e innovadoras de estudiarlos y responder a todas las nuevas preguntas que tenemos», agregó. El gran apuro, señaló el especialista, es que con la crisis climática y el colapso de las plataformas de hielo se está acabando el tiempo para estudiar y proteger a este tipo de ecosistemas.

Fuente: Página12

La Base Carlini cumple este viernes 39 años de funcionamiento como la principal instalación científica permanente en la Antártida Argentina, donde se realizan investigaciones en áreas como biología costera y terrestre, oceanografía, geología y glaciología.

La base, ubicada en Caleta Potter, Isla 25 de Mayo, es administrada y operada por la Dirección Nacional del Antártico (DNA), dependiente de la Cancillería.

Las investigaciones se desarrollan allí de manera ininterrumpida desde hace más de dos décadas, lo que permitió una recopilación de datos científicos dentro de las de más larga data y completa de la región antártica.

“Sentimos un enorme orgullo por el trabajo y el esfuerzo que realizan a diario quienes, desde la Base Carlini, hacen efectivo el compromiso con la soberanía, la cooperación internacional, la paz y la protección del medio ambiente”, dijo el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus.

El funcionario destacó que, “este año, vamos a celebrar el 70 aniversario del Instituto Antártico Argentino (IAA), la primera institución científica del mundo dedicada exclusivamente al estudio de la Antártida”.

La base Carlini data de 1953, cuando la Armada Argentina instaló el Refugio Naval Caleta Potter, luego Estación Aeronaval, y en 1954 pasó a llevar el nombre del Teniente José Isidro Jubany, piloto de la Aviación Naval que murió en un accidente aéreo.

Luego, fue reclasificada como Destacamento Naval, el 12 de febrero de 1982, y fue transferida a la DNA-IAA. A partir de entonces, se la denominó Estación Científica Jubany hasta que, en marzo de 2012, fue renombrada en homenaje a Alejandro Ricardo Carlini, un reconocido científico del Instituto Antártico.

El IAA, que también depende de la Cancillería, controla y ejecuta los proyectos científicos que se desarrollan en Carlini a lo largo del año, mientras que la Dirección Antártica del Ejército aporta el personal para las tareas logísticas, entre ellos a los buzos que con el resguardo de una cámara hiperbárica en la base, recolectan las muestras, incluso bajo hielo, y colaboran con los múltiples proyectos de investigación.

Parte de las tareas científicas se realizan desde los refugios argentinos Elefante y Albatros, que se encuentran en las cercanías.

La base cuenta con el Laboratorio Antártico Multidisciplinario Carlini (Lacar), donde se realizan estudios de atmósfera –en particular sobre el efecto invernadero y el cambio climático–, y el Laboratorio Argentino, ambos gestionados por el IAA.

La zona de la base cuenta con una gran biodiversidad de fauna y flora, y entre las aves se destacan los skúas, petreles y tres especies de pingüinos.

La zona cuenta con una gran biodiversidad de fauna y flora, y entre las aves se destacan: skúas, petreles y pingüinos.
La zona cuenta con una gran biodiversidad de fauna y flora, y entre las aves se destacan: skúas, petreles y pingüinos.

El área también cuenta con poblaciones de mamíferos, como elefantes marinos, lobos marinos de dos pelos y especies de focas como la Leopardo, la de Weddell y la Cangrejera.

La vegetación exhibe una gran cobertura con la presencia de una especie de pasto antártico, musgos y líquenes, y la vida submarina alberga ricas comunidades de peces, invertebrados y algas bentónicas.

En Carlini funciona desde 1994 el Laboratorio Dallman, a través de un convenio con el Instituto Alfred Wegener de Alemania, donde -en sus cuatro laboratorios, su acuario y el resto de sus instalaciones- trabajan científicos de otros países con los que se poseen convenios internacionales.

A través de un acuerdo con el Instituto Nacional de Oceanografía y Geofísica Experimental de Trieste en Italia fue instalada en 2001 una estación sismológica permanente.

Un equipo internacional liderado por investigadores argentinos observó cambios drásticos provocados ante una ola de calor de pocos días en el fitoplancton de la Antártida, microorganismos que producen más del 50 por ciento del oxígeno del planeta y son la base de la red trófica de los ecosistemas marinos.

Los investigadores que participan de las campañas del Instituto Antártico Argentino (IAA) precisaron, a través de un artículo publicado en la revista científica Journal of Experimental Marine Biology and Ecology, que si bien hace diez años se preveía que para el año 2050 podría haber olas de calor en la Antártida y aumentos de temperatura del orden de los cuatro grados, estos cambios se están dando mucho antes de lo previsto.

“El planeta Tierra evidencia un aumento sostenido de la temperatura del aire y, por lo tanto, de la temperatura del agua. En la Antártida, además, por el aumento en el deshielo asociado a este aumento de temperatura, se vierte una mayor cantidad de agua dulce en estas bahías marinas que poseen aguas saladas”, detalló Julieta Antoni, bióloga y becaria doctoral del Conicet y de la Universidad de La Plata (UNLP).

En este sentido remarcó que el equipo de especialistas se dedicó a estudiar “qué ocurre con el fitoplancton si se dan estas condiciones de altas temperaturas y baja salinidad” y que para ello se tomaron muestras en Caleta Potter, una bahía ubicada al norte de la Península Antártica.

Investigadores argentinos observaron cambios drásticos provocados ante una ola de calor

«Se estima que entre un 50 y un 60 por ciento del oxígeno del Planeta lo generan estos pequeños microorganismos y, según observamos en este estudio del fitoplancton de Caleta Potter, con un aumento de temperatura durante siete días, ya se generan alteraciones en la composición de estas comunidades”, explicó Antoni.

Las distintas especies de plancton se pueden distinguir en el microscopio a partir de la forma y pigmentación: “Hubo una especie de fitoplancton típicamente subantártica que creció mucho más que el resto, una especie que no había sido registrada en la Antártida antes. Y, además, también creció una especie de alga que es cosmopolita, o sea que ambas están acostumbradas a climas un poquito más cálidos o con temperaturas más altas que las que se registran en la Antártida”, añadió la especialista.

Por su parte, Irene Schloss, investigadora del Instituto Antártico Argentino y del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-Conicet), afirmó en declaraciones a la Agencia CTyS de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) que “desde el año 2010 aproximadamente” se realizan “experimentos en la Antártida simulando lo que sucedería con el plancton si estuviera expuesto a condiciones de temperatura más elevadas, lo que al mismo tiempo produce el derretimiento de los glaciares y un aporte masivo de agua dulce”.

“Desde el año 2010 aproximadamente se realizan experimentos en la Antártida simulando lo que sucedería con el plancton si estuviera expuesto a condiciones de temperatura más elevadas

IRENE SCHLOSS

“Los valores con los que estamos simulando estos experimentos son los que estaban predichos para alcanzarse en los próximos 50 años, pero lamentablemente la última temporada nos mostró temperaturas del agua que ya estaban en estos valores tan elevados, o sea que no es una buena noticia para el ambiente”, indicó la especialista que también es directora del Proyecto Plancton en la base Carlini del IAA.

A su vez, con la disminución de la salinidad, proliferaron especies de algas muy pequeñas, que pertenecen a grupos “nanoplanctónicos”, lo que no solo implicaría un cambio en la estructura del fitoplancton, sino que también afectaría a las diferentes tramas tróficas, ya que uno de los consumidores principales de este fitoplancton es el krill, que a su vez es consumido por una gran variedad de animales del ecosistema antártico.