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No es un secreto para nadie que argentina no está pasando por su mejor momento económico, sino todo lo contrario. Dicha situación afecta directamente a la población, que cada vez le alcanza menos el dinero para cubrir sus necesidades ante una alta inflación que no se detiene. De hecho, la canasta básica de alimentos (CBA) subió 7,1% en julio, lo que generó que una familia tipo necesitara 248 mil 962 pesos para no ser pobre.

Este dato es el resultado del último informe realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el cual mostró que la Canasta Básica Total (CBT), que se calcula a partir de la CBA e incluye bienes y servicios no alimentarios – vestimenta, transporte, educación, salud-, aumentó 7,1% en julio y quedó por encima de la inflación (6,3%). En detalle, tuvo un incremento de 52,4% en el primer semestre de este año (a junio), contra 50% del IPC en este mismo periodo, mientras que en los últimos 12 meses (a julio) el alza fue de un 123% contra 115,6%.

Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria, que se centra en el costo de los productos que necesita una familia durante un mes para cubrir el 100% de sus necesidades alimenticias, llegó a un valor de 111 mil 642 pesos. De esta forma, un adulto necesitó al menos 36 mil 130 pesos para no ser indigente, tomando en cuenta el índice alimentario, y 80 mil 570 pesos para no ser pobre.

Costos de la canasta básica para hogar de familia «tipo»

Cabe destacar que, al momento de analizar el aumento tanto de la CBT, como de la CBA, hay que tener en cuenta que esta medición es realizada en base al consumo de una familia promedio tipo 2, la cual, según el INDEC, estaría compuesta por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años.

Evolución de la canasta básica con respecto a la inflación 2023 

A pesar de que la CBA se ubicó por debajo de la inflación en junio, pues el alza fue de 5,2% y la del IPC fue de 6%; durante julio la historia volvió a cambiar: de acuerdo a la última medición del INDEC, la canasta básica alimentaria y la canasta básica total registraron un incremento del 7,1%, quedando por encima de la inflación que en ese mes fue de 6,3%.

Evolución de la canasta básica con respecto a la inflación 2023  DIC2017/JUL2023

Sin embargo, el gasto en la vida real varía de acuerdo a diversos casos. Por ejemplo, una familia de tres integrantes – una mujer de 35 años, un hijo de 18 y su madre de 61- necesitaría unos 200 mil pesos para llegar a su Canasta Básica Total y casi 90 mil pesos para adquirir una Canasta Básica Alimentaria, explica el INDEC.

Inflación por rubros 

Como se mencionó anteriormente, el Nivel general del Índice de precios al consumidor (IPC) registró un alza mensual de 6,3% en julio de 2023, y acumuló una variación de 60,2%. En la comparación interanual, el incremento alcanzó el 113,4%. A pesar de que el rubro Alimentos y Bebidas Alcohólicas (5,8%) sufrió una variación menor a la de la inflación, es la división de mayor incidencia en todas las regiones del país.

La división de mayor aumento en el mes fue Comunicaciones (12,2%), producto de la suba de servicios de telefonía e internet. Le siguieron Recreación y Cultura (11,2%) -principalmente por los aumentos en los paquetes turísticos- y Bebidas alcohólicas y tabaco (9,0%).

El salario mínimo no alcanza para costear la Canasta Básica

Lo cierto es que, en la actualidad, para cualquier familia es difícil costear la Canasta Básica Total, tomando en cuenta que el Salario Mínimo, Vital y Móvil se encontraba en $105.500 en julio, mientras la CBT ascendió a $250.000 aprox. para el mismo mes y aunque llegaría a $118.000 en septiembre, durante todo el 2023 el costo de la canasta superó en 2,5 veces al del Salario.. En pocas palabras, muchas de las personas del país, gastan casi todo su salario solo para cubrir las necesidades básicas y a otras ni siquiera les alcanza y tienen que recurrir a entidades financieras, ya sea a través de préstamos bancarios o a tarjetas de créditos para poder comprar el alimento diario.

Por ejemplo, una familia tipo donde ambos adultos ganan sueldo mínimo, el ingreso mensual que tuvieron durante julio fue de $111.000, mientras que el valor de la CBT fue de $248.962 para el mismo período, es decir, que no sería suficiente y solo alcanzaría para cubrir la totalidad de la canasta básica alimentaria, que ascendió a $111.642 para el mismo mes.

En esa línea, el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina señala que el poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil ha mantenido una tendencia negativa desde 2012. «Entre 2021 y 2022, en un contexto de inflación creciente, existieron siete instancias de actualización del salario mínimo, que no lograron una recuperación de su poder de compra. El año 2022 cerró con una caída promedio del salario mínimo real del 1,3%, que lo ubicó 33% por debajo del nivel de 2015», manifiestan. A esto se le suma una nueva caída de 6% del poder de compra en los primeros seis meses de 2023.

Adicionalmente, el INDEC informó que el índice de salarios subió un 6,1% en junio (último mes informado). «El indicador acumula una suba del 47,2% respecto de diciembre previo. El crecimiento mensual se debe a subas de 5,7% en el sector privado registrado, 6,0% en el sector público y 7,5% en el sector privado no registrado», detalló el organismo.

En tanto, el ajuste de 108,7% en los últimos 12 meses dejó a los salarios por debajo de la Canasta Básica Total, que tuvo un aumento del 123% entre junio de 2022 e igual mes de este año, en otras palabras, el costo de vida esencial aumentó 14.4 puntos porcentuales por encima de los sueldos. Incluso, esto se repitió en todas las ramas salariales, hasta la del sector público, que tuvo un ajuste anual del 121,4% y se ubicó 1,6 puntos por debajo de la CBT. La más perjudicada fue la del sector privado no registrado que para el mismo período interanual tuvo un ajuste en su índice salarial de sólo el 82,5%.

Lamentablemente, estas cifras reflejan sólo una parte de la crisis económica que atraviesa el país, que ha causado que argentinos y argentinas deban endeudarse o vivir en deplorables condiciones para poder subsistir ante los pocos ingresos económicos que perciben y la constante escalada de la inflación.

Fuente: El Extremo Sur

Los números de febrero para la venta de productos de consumo masivo -alimentos, bebidas, higiene y limpieza del hogar- siguen a la baja. El mes pasado, la caída fue de 1,1% y como resultado el acumulado del año quedó con un descenso de 1,4%, según los datos de la consultora Scentia que releva precios en grandes cadenas y pequeños comercios de cercanía.

Con todo, la caída no es pareja: mientras que las ventas en los autoservicios -los comercios más chicos o de cercanía- caen un 8,9% en comparación con febrero del año pasado, los grandes supermercados mantienen su tendencia positiva con un crecimiento de 8,3 por ciento en el mismo período.

Este fenómeno con una amplia brecha con comercios en alza y otros en caída se explica por las bases de comparación con respecto a febrero del año pasado -cuando la situación era inversa- y también, en gran medida, por la acentuada diferencia de precios, según el informe de Scentia.

Una de las causas es la aplicación del acuerdo de Precios Justos, un Programa oficial que solo abarca a las principales cadenas de supermercado. Además de la lista de casi 2.000 productos con precios fijos hasta junio que forman parte del acuerdo, hay un tope de 3,2% mensual para los aumentos del resto de los productos comercializados por las empresas que firmaron el convenio -según publica Infobae-.

En cambio, en los comercios de cercanía, los aumentos que aplican las empresas son más altos, lo que incrementa el nivel de diferencia de precios. En la Secretaría de Comercio analizan que hay “rentabilidad cruzada” de las compañías, que suben por fuera del acuerdo para obtener la rentabilidad que pierden por participar del programa.

“La captación de shoppers (consumidores) por parte del canal supermercados, provenientes de otros canales, también da más claridad a este contexto”, señalaron en Scentia.

Por rubros, las principales caídas se dieron en las categorías de limpieza de la ropa y del hogar (8,6%) y productos impulsivos, como golosinas y snacks (5,5%). En tanto, los únicos rubros que registraron números positivos fueron bebidas sin alcohol, con 7,9%, y congelados, con 0,6 por ciento.

Si se toma solo a los autoservicios, hay caídas de 15,8% para productos para la limpieza de la ropa y el hogar, de 14,4% para higiene y cosmética y 13,9% para bebidas con alcohol.

Según un análisis de la consultora Ecolatina, desde la puesta en marcha del programa de Precios Justos, la diferencia entre los aumentos de precios en los distintos canales -suerpermercados o autoservicios- es notable: por ejemplo, en el canal tradicional (comercios pequeños) el agua creció 10 puntos porcentuales por encima del canal moderno (super e hipermercados); los fideos, 9 puntos; la leche, 7 puntos y los yogures, 6 puntos.

“Esta brecha entre los aumentos de productos de consumo masivo incluidos en Precios Justos que se venden en supermercados y los que se consiguen en comercios de cercanía o pequeños autoservicios implica un impacto más severo sobre los sectores más vulnerables”, explicaron desde la consultora.

Según la última Encuesta de Gasto de los Hogares los hogares del 10% de menores ingresos destinan sólo el 15% de sus gastos en alimentos y bebidas al canal moderno (grandes cadenas), mientras que ese porcentaje crece a 45% en los hogares del 10% de mayores ingresos.

Luego de conocerse esta semana que la inflación de febrero fue del 6,6%, marzo ya registra una suba en alimentos y bebidas del 5,7% mensual. Los analistas esperan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) sea aún mayor para el tercer mes del año y se ubique en el 7%.

Para la consultora LCG, en la primera semana de marzo, los alimentos promediaron una suba del 6,4% y a ese rubro hay que sumarle los aumentos en productos regulados, como combustibles, prepagas, transporte y educación.

“Si bien la aplicación de acuerdos de precios puede moderar los aumentos en góndolas, entendemos que la dinámica inflacionaria aún no se termina de relajar. En efecto, la inflación mayorista continúa en un ritmo levemente superior al 6% mensual (101% anualizado)”, señalaron desde LCG.

Los alimentos y bebidas que más aumentaron en las últimas cuatro semanas fueron:

  • Carnes: 8,9%.
  • Productos de panificación, cereales y pastas: 8,2%.
  • Productos lácteos y huevos: 7%.
  • Condimentos y otro productos alimenticios: 4,6%.
  • Bebidas e infusiones para consumir en el hogar: 4%.
  • Aceites: 3,9%.
  • Comidas listas para llevar: 2,9%.
  • Frutas: 2,9%.
  • Azúcar, miel, dulces y cacao: 2,7%.

Luego de la aparición de más casos positivos de gripe aviar en aves de corral en la Argentina, el Gobierno Nacional había tomado la medida de restringir totalmente la exportación de productos derivados de aves.

Este jueves por la tarde, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) logró gestionar la habilitación de Japón para el ingreso de ovoproductos secos argentinos. Por lo tanto, se retomarán parcialmente las exportaciones de productos aviares argentinos luego de los impedimentos por los casos de gripe aviar.

La semana pasada, el vicepresidente del Senasa, Rodolfo Acerbi, se reunió con representantes de la embajada de Japón en Argentina. La semana pasada ya había pedido que se reviera la suspensión del comercio bilateral por los casos de influenza en aves silvestres y de traspatio en el país.

Luego de negociaciones, desde el país oriental accedieron a retomar el intercambio y la medida tomada por el servicio sanitario de Japón fue comunicada al Senasa, indicó el organismo.

Por otra parte, las autoridades del Senasa iniciaron gestiones ante el Servicio Agricolo Ganadero (SAG) de Chile para ofrecer las garantías necesarias que permitan reiniciar los envíos de productos aviares desde la Argentina.

En ese sentido, la semana que viene se llevará a cabo la reunión ordinaria del Comité Veterinario Permanente (CVP) donde los equipos del Senasa tendrán reuniones bilaterales con los países compradores de los productos aviares argentinos y que integran la organización regional.

El pasado 28 de febrero, el Senasa confirmó un caso de influenza aviar en una granja comercial en Río Negro, por lo que perdió su condición de país libre de la enfermedad y autosuspendió las exportaciones de productos aviares.

En 2022 muchos artículos de primera necesidad podían ser adquiridos en los supermercados con el billete de máxima denominación. En este 2023, eso ya no es posible debido a la inflación anual del 100% que sufre la Argentina.

La consultora Focus Market elaboró un informe donde se relevaron 10 productos que en 2022 se podían comprar -y en varios casos sin recibir vuelto- con un billete de 1.000 pesos. En 2023 al comprar los mismos productos se comprueba que el mismo billete de máxima denominación ya no alcanza.

Si en el 2022 comprábamos un Aceite de girasol de 3 litros o un paquete de Rebozados de pollo por 360 gramos con $1.000, nos daban un vuelto de $160 y $500, respectivamente. Sin embargo, en el día de hoy para comprar los mismos productos debemos contar, a parte del billete de $1.000 completo, con $800 más para comprar el aceite y $200 más para comprar el paquete de rebozados de pollo -según publica Infobae-.

La pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda se está acelerando y la nominalidad de la moneda está en su nivel más bajo desde la hiperinflación. Cada vez los argentinos requieren de más cantidad de billetes para realizar la misma misión de compra. De hecho, una compra que en 2022 se hacía con un billete de $1.000 hoy requiere 3 o 4 billetes adicionales para poder concretar la misma. Los fundamentos macro son varios ya que el actual déficit fiscal se financia con emisión monetaria y más colocación de deuda en pesos en el mercado. Esto está generando más incertidumbre futura y en el presente el billete pierde confianza aumentando su velocidad de circulación. Los argentinos se desprenden del peso a mayor velocidad a pesar que el Gobierno los aspira con más colocación de deuda”, señaló Damián Di Pace, director de Focus Market.

“Hay datos de la distorsión macroeconómica argentina que explican el deterioro en la micro. En 2023 ya el billete de $1.000 es el de máxima emisión y circulación en términos comparativos al resto. Sin embargo, se reponen los cajeros de bancos 2 o 3 veces por día, hay récord de venta de máquinas cuenta billetes para comercios y las bodegas de los bancos no alcanzan por lo cual están teniendo que construir o alquilar nuevos espacios para almacenarlos”, expresó Di Pace.

A continuación, podemos ver que si en el 2022 comprábamos un Pañales tamaño XL x 36 unidades o un sachet de Suavizante para ropa por 3 litros con $1.000, y nos daban un vuelto de $228 y $480, respectivamente. Sin embargo, en el día de hoy para comprar los mismos productos debemos contar, a parte del billete de $1.000 completo, con $780 más para comprar los pañales y $200 más para comprar el suavizante para ropa.“Sin ninguna duda no sacar un nuevo billete que compense la pérdida de poder adquisitivo del billete de $1.000 desde su nacimiento de 2017 a la fecha le genera un costo, inseguridad en su traslado y problema a todos los argentinos. Esa nueva denominación debería ser un billete de $10.000 pero como a su lanzamiento ya perdería la mitad de su poder adquisitivo real la emisión debería venir acompañada de un billete de $20.000 para anticiparse al deterioro que tendrá este año con una inflación proyectada en 98% interanual para 2023″, detalló el director de Focus Market.

El plan impulsado por el gobierno apunta solo a las grandes cadenas de supermercados y la brecha con los costos que se ofrecen en los comercios de cercanía -donde hay mayor consumo de los sectores más vulnerables- se incrementa.

Un informe advirtió que la diferencia entre los productos que están incluidos en la canasta del nuevo programa económico y los que se venden en almacenes supera el 100%, mientras que la brecha con los artículos que se comercializan en autoservicios alcanza el 95%.

De acuerdo a lo publicado por Todo Noticias, el relevamiento realizado por la consultora Nielsen IQ señaló, por ejemplo, que la diferencia de precios entre un aceite de girasol de 900ml que se encuentra en los grandes supermercados es de 108% con los almacenes.

Otro de los productos donde se detectó una gran diferencia fue en el jabón en polvo, que se vende un 89% más caro en almacenes en relación con los precios del supermercado. Lo mismo ocurre con las galletitas dulces de chocolate (100gr) que son 56% más caras en los comercios de barrios.

La dinámica se extiende a diversos artículos. Entre ellos, las cervezas (79% más caro en almacenes), gaseosa light (24% más costoso), queso crema light (35%) y snack de papas fritas (62%).

Según esta consultora, la actual diferencia de precios entre comercios cercanos y los grandes supermercados “golpean involuntariamente a los sectores informales, que efectúan sus gastos diarios (de a dos o tres artículos, en promedio) en negocios y tiendas cercanas”.

Con la nueva extensión de Precios Justos serán casi 50 mil los productos que tendrán un tope de aumento por mes del 3,2% hasta junio, diferenciándose de la primera firma en septiembre que establecía una suba mensual del 4%. Asimismo, también se amplió la cantidad de sectores que negoció acuerdos de precios. Es así que también se agrega la canasta escolar, servicios de telefonía y también materiales de construcción.

En tanto, el pasado miércoles el gobierno presentó oficialmente la lista de 1947 productos de consumo masivo que congelarán su precio hasta junio. Estos elementos, como cada uno de los que están en Precios Justos, podrán ser vendidos en las grandes cadenas de supermercados.

Precios Justos: los nuevos detalles del acuerdo

  • Seguirá hasta junio.
  • Se sumaron más empresas: de ser 100 a casi 500.
  • Habrá 49.832 productos con precios regulados y otros 2000 congelados.
  • Apertura a nuevos sectores: se adhieren los colegios privados -con subas de las cuotas de un 3,5% mensual en promedio- la canasta escolartelefonía celular, materiales de construcción, los combustibles y se dará una ampliación del listado de alimentos y productos básicos de higiene y limpieza.
  • Nuevo sistema de fiscalización: se evaluará la dinámica de precios de productos particulares en supermercados individuales y otros sitios de venta día a día de forma virtual.

El Gobierno salió en los primeros días del año a aumentar el control de cumplimiento del Programa Precios Justos en los productos luego de haber detectado un porcentaje elevado de faltantes en las góndolas de supermercados, mientras en paralelo termina de definir los alcances de una nueva serie de acuerdos con empresas de distintos sectores.

Los inspectores de la Secretaría de Comercio habían arribado a mediados de Diciembre a la conclusión de que en los supermercados existía un nivel de desabastecimiento cercano al 25% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en el listado de casi 1.900 productos que forman parte de la canasta controlada -según publica Infobae-.

El Programa de Precios Justos empezó como una iniciativa que contemplara un grupo grande de productos de consumo masivo en supermercados pero luego contó con medidas adicionales que lo complementaron como idea de referencia de precios. Para ese conjunto de compañías, además, permaneció un compromiso de que los bienes que quedaran por fuera no tengan un aumento mensual mayor al 4 por ciento.

Tras incluir a ese primer universo de consumo masivo, ese 4% de referencia actuó como principio para convenios posteriores, como los combustibles y los insumos difundidos de la industria. En los despachos de Comercio aseguran que si bien están en una etapa inicial, sumarán a ese sendero de incrementos con tope a fabricantes de insumos para la construcción y otros artículos para el hogar. Contemplará a unas 60 empresas.

En su momento Comercio blandió la posibilidad de ejecutar sanciones ante incumplimientos, pero no es proceso rápido y puede tardar entre tres o cuatro meses, estiman fuentes oficiales. La secretaría estableció multas de hasta un millón de pesos a los incumplimientos en que pudieran incurrir las empresas participantes del programa Precios Justos, con la opción de duplicar ese monto en caso de reincidencias reiteradas.

La situación de desabastecimiento –que llegó a ser de un 25% del total relevado por los inspectores en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)– tenía lugar especialmente en algunos productos puntuales, entre los que se destacaban como los más críticos al aceite. “En temas de faltantes se mejoró bastante. La indicación fue hacer más relevamientos y verificaciones, es el foco de la secretaría para el inicio del año”, explicó una fuente oficial.

Si bien el Programa empezó en Noviembre, en estas semanas el ida y vuelta entre el Gobierno y las compañías continúa para darle forma legal y avanzar en la firma de convenios: es un punto que para muchas empresas, principalmente las que son extranjeras, necesitan como requisito para girar a sus casas matrices y justificar por qué tendrán un techo de suba de precios en un contexto inflacionario como el actual.

Además, el reverso del compromiso de las firmas de consumo masivo para mantener a raya ese conjunto de precios es una promesa por parte del Poder Ejecutivo para facilitar y acelerar el flujo de divisas a precio oficial para la importación de insumos, a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA).

Un fenómeno que se dio en paralelo a lo largo del 2022, fue la caída en la presencia de los productos incluidos en algún tipo de acuerdo oficial en los relevamientos mensuales que hace el Indec para medir el Índice de Precios al Consumidor (IPC). De acuerdo a datos oficiales, hacia Noviembre de 2021 del total de bienes en las góndolas, el 13,1% correspondían a algún Programa de precios con empresas. Fue la cifra más alta en la serie desde 2016 que registra el Indec.

Ese mes marcó el inicio del congelamiento de Precios Cuidados que estableció el entonces secretario de Comercio Roberto Feletti. Desde ese pico de 13,1% comenzó un proceso de retracción en el peso que tuvieron los productos con precios acordados en las encuestas mensuales del organismo estadístico. Así, a Noviembre de 2022 -último dato oficial- había caído hasta 2,1 por ciento. Ese retroceso puede leerse como un síntoma de desabastecimiento en las góndolas o en falta de señalética adecuada.

La pata del control de precios, insisten en el Ministerio de Economía, es una de las cuatro patas en la que busca apoyarse el equipo económico para hacer desacelerar el ritmo de precios. Los otros tres, aseguran, están ligados a condiciones macroeconómicas que justifiquen un IPC más moderado a medida que avance el 2023.

En ese trío se ubican, así, la reducción del déficit fiscal que ponga un tope al gasto público y las necesidades de financiamiento, ligado a ese motivo un límite a la emisión monetaria dirigida a la asistencia al Tesoro, y la acumulación de reservas en el Banco Central. Los tres son objetivos explícitos en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

En los despachos oficiales se esperanzan con que Diciembre tenga una cifra de inflación similar a la de noviembre (4,9%), aunque por cuestiones estacionales de consumo de fin de año en el último mes del año –típicamente– suele haber algún recalentamiento de precios. Con todo, la meta sigue siendo tratar de recortar un punto porcentual de inflación mensual en etapas, que Sergio Massa identifica de dos meses y medio cada una.

Panes dulces, budines, garrapiñadas, turrones, sidras y champagne de varias marcas están disponibles en los principales supermercados y mayoristas de todo el país.

El programa Precios Justos, que mantiene fijos los precios de más de 1900 productos hasta marzo de 2023, incluye productos típicos de canasta navideña para que las familias argentinas puedan planificar las cenas de Nochebuena y Año Nuevo. El listado presenta panes dulces, budines, garrapiñadas, turrones, sidras y champagne de varias marcas que están disponibles en los principales supermercados y mayoristas de todo el país.

Por ejemplo, dentro del programa impulsado por la Secretaría de Comercio, que conduce Matías Tombolini, hay una gran oferta de budines y panes dulces. El supermercado Día ofrece su pan dulce de marca propia sin frutas a $695,76; con chocolate a 986,97; con frutas a $995,76 y el panettone a $1038,96.

Además, Precios Justos incluye el pan dulce Cuquets con frutas a 518,96, entre otros.

El programa Precios Justos, que mantiene fijos los precios de más de 1900 productos hasta marzo de 2023, incluye productos típicos de canasta navideña para que las familias argentinas puedan planificar las cenas de Nochebuena y Año Nuevo. El listado presenta panes dulces, budines, garrapiñadas, turrones, sidras y champagne de varias marcas que están disponibles en los principales supermercados y mayoristas de todo el país.

Por ejemplo, dentro del programa impulsado por la Secretaría de Comercio, que conduce Matías Tombolini, hay una gran oferta de budines y panes dulces. El supermercado Día ofrece su pan dulce de marca propia sin frutas a $695,76; con chocolate a 986,97; con frutas a $995,76 y el panettone a $1038,96.

Además, Precios Justos incluye el pan dulce Cuquets con frutas a 518,96, entre otros.

El Gobierno presentará hoy el programa Precios Justos, que tendrá una duración de cuatro meses y que abarcará a 1.500 productos elaborados por un centenar de empresas.

Desde el Ministerio de Economía aclararon que no se trata de un congelamiento de precios sino de «un acuerdo voluntario entre el Estado, empresas de consumo masivo, cámaras mayoristas y supermercados».

Con el objetivo de «lograr la estabilidad de los precios de productos esenciales que consumen los hogares argentinos», Precios Justos aspira a mantener constantes los valores de 1.500 productos de los rubros alimentos, bebidas, lácteos, higiene personal y limpieza, precisaron fuentes oficiales.

El acuerdo establece que los productos que se mantendrán con precios fijos ingresarán en el programa con un valor hasta un 4% superior al promedio registrado durante octubre de 2022, y deberán mantenerse estables por espacio de 120 días.

El resto de los productos que comercializan las empresas que se sumen al programa tendrán una pauta de aumento mensual de hasta el 4% para los mismos 120 días en el precio de venta a los supermercados y mayoristas.

En este marco, el Estado nacional otorgará garantías y certidumbres en el proceso de importación de bienes intermedios y de los bienes terminados que son parte de la cadena de valor e insumos para las empresas que participen del programa.

Del acuerdo participarán alrededor de cien firmas, que representan el 86% del consumo masivo en el país y entre las que se destacan Molinos, Coca Cola, Unilever, Quilmes, Mastellone, AGD, Ledesma y Las Marías, entre otras.

Los consumidores podrán consultar los productos y cadenas comerciales adheridas al programa ingresando a partir de hoy a https://www.argentina.gob.ar/preciosjustos o bien a través de una aplicación por celular, disponible en Android e IOS, además de dos chatbots para el canal minorista (+54 9 11 2879 0887) y mayorista (+54 9 11 2524 4728).

Ante la avanzada inflación, el Gobierno se apura a cerrar las negociaciones para el Programa “Precios Justos” que, según se adelantó, ya incluye 1.200 productos de “consumo familiar”, según indicaron fuentes oficiales.

El Ministerio de Economía se encuentra ajustando los detalles finales para la presentación oficial. Las conversaciones con los empresarios están “avanzadas” y en principio, se prevé que tenga una duración inicial de 90 a 120 días -según publica A24-.

Además, la medida absorberá a los artículos que en la actualidad integran “Precios Cuidados”, el plan de valores regulados que mantiene el Gobierno desde 2014 con cambios.

Por otro lado, los productos que queden afuera del Programa tendrán “una pauta del 4% mensual de aumento”, indicaron las fuentes consultadas.

¿Qué productos estarán incluidos en Precios Justos?

Los productos alcanzados por “Precios Justos” serán de los rubros alimentación, limpieza, higiene y cuidado personal, para lo que se ajustan los detalles con diferentes cadenas de supermercados de todo el país.

Entre las novedades, en un contexto en el que “hay negociaciones todos los días”, se destacó el anuncio formulado el lunes pasado en Luján de Cuyo, Mendoza, por el ministro de Economía, Sergio Massa, quien condicionó el acceso a una cotización diferenciada del dólar de exportación para las economías regionales a aquellas empresas que se incorporen al programa.

“Así como en algún momento tomamos la decisión de promover el complejo agroexportador de la cadena de valor de la soja, entre el 20 de noviembre y el 30 de diciembre todas las economías regionales que entren al programa de Precios Justos y que entren a un programa de protección de los productores locales van a acceder a un tipo de cambio diferenciado para promover las exportaciones y para compensar las pérdidas de las economías regionales”, señaló Massa en esa oportunidad.

¿Cómo será la app para verificar y denunciar abusos?

Las fuentes consultadas agregaron que “también está casi terminada la app en la que se va a poder verificar qué productos están y denunciar en caso de que el supermercado o hipermercado no cumpla” con los precios acordados.

Los usuarios de la aplicación podrán informar la eventual irregularidad en tiempo real a la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor, que a su vez comunicará la evolución de su denuncia.

El propósito de Economía es dar “previsibilidad” al esquema de precios, en línea con la meta de inflación del 60% fijada para el año próximo en el proyecto de ley de Presupuesto.

Esa inflación anual es equivalente a un promedio mensual de 2,5%, un desempeño para cuyo cumplimiento el alineamiento de los precios de productos de consumo masivo es de significativa importancia, ya que son los de mayor ponderación en el Índice de Precios al Consumidor elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).