En 1950, el conjunto nacional se consagró campeón del mundo en el Luna Park, dando la primera demostración de que en estas tierras se juega buen básquet; y Oscar Furlong fue el MVP y máximo anotador de ese torneo. Este sería un precedente memorable para la Generación Dorada, ganadora del oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Tristemente, Pillín, como lo apodaban, falleció este lunes a los 90 años. Emblema del deporte argentino, el pivote nacido el 22 de octubre de 1927 se inició en Gimnasia de Villa del Parque, donde jugó de 1944 a 1956 y consiguió seis títulos de Capital.
En 1950, la FIBA organizó el primer mundial en nuestro país y los muchachos argentinos no desperdiciaron la localía: derrotaron a Franciaen la ronda inicial 56 a 40, y en la fase decisiva, en donde jugaban todos contra todos, a Brasil por 40-35; luego a Chile por 62-41, nuevamente a Francia por 66-41, y también a Egipto por 68-33. Así, Argentina llegó a la última fecha ante la también invicta EE.UU, de modo que el ganador se consagraría campeón. En el Luna Park, el resultado final fue 64 a 50 a favor de los dirigidos por Jorge Canavesi.
Tras semejante éxito, Oscar fue tentado nada más y nada menos que por la NBA: lo buscaron los Minneapolis Lakers y los Baltimore Bullets, pero no quiso irse. Prefirió jugar en el país y, años después, en la liga universitaria estadounidense, donde la competencia no era tan dura.
Entre 1953 y 1956, Furlong, de un metro noventa de estatura, jugó en la Southern Methodist University de la NCAA (Division I) en Estados Unidos. Pero su brillante carrera terminó a los 29 años por una injusta sanción de la dictadura militar, al considerar al plantel campeón como profesional por recibir un trato especial del gobierno de Perón (permisos de importación de automóviles).
Alejado del aro, despuntó el vicio por las redes en el tenis, donde nada menos fue capitán del equipo de Copa Davis entre el 66 y el 77, año en que llegaría hasta las semifinales por la Ensaladera dirigiendo a Guillermo Vilas y José Luis Clerc.
Entre sus logros se destacaron, además, dos medallas de plata en los Juegos Panamericanos de 1951 y 1955, un Mundial Universitario en Dortmund 53, un Konex de Platino en 1980 como el jugador de básquet más importante del país (luego vendría un tal Manu Ginóbili) y desde el 2007, el Salón de la Fama FIBA.
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