En el Hospital Gosport War Memorial existía “menosprecio por la vida humana y una cultura de acortamiento de vidas”, señala el informe elaborado a partir del estudio de más de un millón de documentos desde 2014 y que dirigió el ex obispo de Liverpool James Jones.
El informe indica que otros 200 pacientes también se vieron afectados por esta práctica, que el hospital público desempeñó desde el año 1989 hasta el 2000, según consignó la agencia EFE.
La investigación concluyó que hubo “un régimen institucionalizado de prescripción y administración de peligrosas dosis de combinaciones de medicamentos, que no estaban clínicamente justificadas, con pacientes y familiares sin capacidad para interactuar con el personal sanitario”.
A través de los documentos examinados, los investigadores hallaron evidencia de “uso inapropiado de opiáceos en 456 pacientes” y, basándose en historiales clínicos desaparecidos, apuntaron que habría “otras 200 personas afectadas”.
La Policía del condado de Hampshire, la Fiscalía y las autoridades médicas “fallaron y no actuaron correctamente para proteger a los pacientes y sus familiares“, asevera el documento.
En tanto, Jones manifestó hoy que “no corresponde al panel determinar ninguna responsabilidad penal en caso de que cualquier proceso judicial futuro determine culpables” pero señaló a la doctora Jane Barton como “responsable”.
En 2010, el Consejo General Médico (GMC, por sus siglas en inglés) determinó que Barton, ya jubilada, era “culpable de múltiples casos de mala conducta profesional relacionados con la muerte de 12 pacientes”.
Esta previsto que tanto el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, como la primera ministra, Theresa May, se refieran esta tarde al informe en el Parlamento británico
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