Así lo reflejó la agencia de noticias británica Reuters al dar cuenta de los cambios de hábitos a los que se ven forzados millones de trabajadores en el país por la abrupta caída del salario real.
«Menos carne, más fideos, más arroz», dijo Sabrina Pozo a la agencia de noticias británica Reuters cuando explicó que hábitos había tenido que cambiar a causa de la crisis que atraviesa el país y la abrupta caída del poder adquisitivo del salario.
«La carne es cada vez más rara en las mesas de los argentinos de clase media a medida que la espiral inflacionaria se profundiza», indica Reutersy advierte que «aunque el consumo de carne ha ido bajando muy lentamente en la Argentina en los últimos 60 años, siempre permanecieron entre los más carnívoros del mundo. Pero en septiembre pasado la Cámara de Industria y Comercio de Carnes y derivados de la República Argentina (Ciccra) reveló una nueva realidad: el consumo cayó a un promedio de 49 kilos por persona por año».
«De hecho -sigue Reuters- hubo apenas otros dos meses en los que el consumo de carne cayó hasta ese nivel: en febrero 2017 y marzo 2008, pero esas caídas se deben a la menor cantidad de días de febrero y a la disputa entre el gobierno y el campo» durante el gobierno de Cristina Kirchner.
Reuters dio cuenta además del regreso del trueque, costumbre que se popularizó tras el estallido político, económico y social de 2001. «El impacto de la crisis económica argentina llega más allá de la mesa. A medida que la inflación se dispara, los argentinos vuelven al trueque en encuentros organizados por Facebook de prendas de vestir y alimentos que de otra manera ya no podrían solventar».
El año pasado, junto a Uruguay, la Argentina había liderado el ránking mundial de consumo promedio de carne por persona.
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