El comodorense Jorge Blando (45) forma parte del equipo de James Allison, ganador del Premio Nobel de Medicina. Es veterinario, vive en Houston y actualmente trabaja en la lucha contra el cáncer. Fue reclutado por el mismo Allison hace 5 años en el Centro MD Anderson de la Universidad de Texas.
Jorge Blando nació en Comodoro y es hijo de reconocidos vecinos de la ciudad. El hombre, que vivía en Km.3 junto a sus padres y su hermano, estudió en La Pampa y hoy trabaja en la lucha contra el cáncer con James Allison, ganador del Premio Nobel de Medicina.
“En los últimos años me orienté a la ‘patología molecular’. Es mirar por el microscopio. Ver en los tejidos las células y las proteínas”, relató.
Hizo un postgrado sobre “Patología Traslacional. Se trata de analizar ratones que pueden desarrollar tumores similares a los humanos. Ese fue mi expertiz. Me dedico a eso desde hace 16 años”, explicó el comodorense que vive en Houston con sus dos hijos: Noah y Thiago.
Desde hace cinco años integra el equipo de Allison y ahora hizo propio el desafío que tiene por delante el norteamericano: mejorar el índice del 22% de efectividad de la terapia inmonológica y extenderla a otros tipos de cáncer.
En los años ’90, Allison comenzó a estudiar una proteína llamada CTLA-4, que funciona como un freno que impide que los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos, identifiquen y combatan a determinadas células. El investigador consideró que eliminar esa barrera podría hacer que las defensas ataquen a los tumores.
Mientras tanto, el otro Premio Nobel, el japonés Tasuku Honjo, descubrió otra proteína (PD-1), que hizo más efectiva la inmunoterapia. “Nadie creía en esto en esos años. Por eso es lo novedoso”, explicó el científico argentino a Clarín.
En 1994, la idea se plasmó en el desarrollo de anticuerpos que inhiben la proteína y desatan la combatividad de los linfocitos, un enfoque que demostró alta efectividad contra tumores en ratones. “Esa proteína es un freno de mano para que los linfocitos ataquen algo del cuerpo. Lo que hizo Allison es sacarle el freno de mano para que ataque el tumor”, explicó Blando.
En el año 2011, la FDA norteamericana aprobó un medicamento para la terapia inmunológica contra el cáncer. Primero fue el melanoma (cáncer de piel), pero ahora con la investigación y la inversión de los laboratorios, la inmunoterapia se aplica en tumores de páncreas, riñón, pulmón y mamas, detalló el diario porteño.
Blando aportó un hallazgo en el cáncer de próstata donde no se obtenían resultados.
El científico argentino asegura que tienen los ojos de la industria farmacéutica y de la comunidad científica encima.
“Cuando uno habla de cáncer, hay muchas cosas que se dicen. Pero esto es revolucionario. Tenemos mucho por descubrir”, dice Blando.
El domingo a la noche escuchó que la Academia sueca reconoció a ‘Jim’ con el Premio Nobel. Salió corriendo al laboratorio del Centro MD Anderson donde todos festejaban el premio. “Sabemos que empezó una carrera contra-reloj para ampliar el alcance de la inmunoterapia en otros cánceres”, aseguró el científico comodorense.
Los padres de Jorge tuvieron una activida vida social y laboral en la ciudad. Su padre, Carmelo Blando, trabajaba como geólogo en la estatal YPF y su mamá tuvo una librería en la avenida Tehuelches, en pleno barrio General Mosconi.
Su hermano Guillermo también desarrolló una interesante carrera profesional, que lo llevó a a estudiar Ingeniería Aeronáutica y hoy trabaja en la NASA.
ADN Sur