Los equipos de rescate evacuaron a los habitantes de Córrego do Feijao y Tejuco para trasladarlos a zonas más elevadas de la región.
Ante el peligro «inminente» de rotura de otro dique de la minera Vale, las autoridades evacuaron este domingo a pobladores de dos comunidades rurales en el mismo complejo donde el viernes colapsó una represa que ha dejado por el momento decenas de muertos y más de 400 desaparecidos.
Las alarmas sonaron esta madrugada debido a que existe un riesgo elevado de que estalle otro de los diques de la mina Córrego do Feijao, en la localidad de Brumadinho, en el estado de Minas Gerais.
Los equipos de rescate evacuaron a los habitantes de Córrego do Feijao y Tejuco para trasladarlos a zonas más elevadas de la región.
«Sobre las 5.30 sonaron las alarmas indicado posibilidad de riesgo inminente de la rotura del dique B VI, que contiene agua. Desde ayer se hizo un bombeo para retirar el agua con el fin de vaciarla y hacerla más segura», explicó el vocero de los bomberos, teniente Pedro Aihara, citado por la agencia española Efe.
La minera Vale, propietaria de la explotación, confirmó en un comunicado que las alarmas sonaron en la región de la mina Córrego do Feijao al «detectar aumento de los niveles de agua» en el dique VI, que forma parte del complejo de Brumadinho.
Debido a este riesgo, la búsqueda fue interrumpida este domingo y, de acuerdo con los últimos informes, todavía existen entre 250 y 300 desaparecidos, la mayoría de ellos empleados de Vale.
Ayer, las autoridades de Minas Gerais informaron que las víctimas fatales habían pasado de 34 a 40, pero luego rectificaron el dato, en medio de una divergencia de números entre las diferentes instituciones involucradas en la operación de rescate.
Los bomberos mantienen la esperanza de hallar a más personas con vida, a pesar de que el número de víctimas mortales pasó de 11 a 34 en cuestión de horas.
Tras el desastre, la Justicia cercó las cuentas de Vale y determinó, en dos procesos distintos, el bloqueo de 6.000 millones de reales (unos 1.621 millones de dólares) de la compañía para el «inmediato y efectivo amparo a las víctimas y reducción de las consecuencias» de la catástrofe.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), por su parte, aplicó a la minera una multa de 250 millones de reales (alrededor de 67,5 millones de dólares) por el desastre.
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