La confirmación del suicidio está lejos de responder todas las preguntas sobre cómo uno de los presos de más alto perfil del país pudo suicidarse.
Los abogados de Epstein dijeron no estar «satisfechos con las conclusiones» de la médica forense y que emprenderán su propia investigación sobre su muerte, incluyendo exigir el acceso a los videos de la cárcel.
«Es indudable que las autoridades violaron sus propios protocolos», indicaron los abogados, que condenaron las «duras, incluso medievales condiciones» del penal.
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, lanzó tras la muerte del Epstein dos investigaciones que revelaron «serias irregularidades» en la prisión.
Si bien no las detalló, el director de la cárcel fue transferido y los dos guardias encargados de vigilar a Epstein la noche de viernes al sábado fueron suspendidos.
Los funcionarios de la prisión citados por The New York Times dijeron que los guardias habían dormido unas tres horas cuando se suponía que debían hacer rondas cada media hora, alimentando las sospechas sobre posible complicidad dentro de la prisión.
Las especulaciones también fueron alimentadas por el hecho de que ya el 23 de julio Epstein había sido encontrado tirado en el piso de su celda con marcas en el cuello, tras un aparente intento de suicidio.
Luego de ese episodio fue puesto bajo vigilancia especial, pero solo hasta el 29 de julio.
Todavía no hay información oficial que explique por qué este monitoreo se detuvo tan rápido.
Frente a la indignación de las presuntas víctimas de Epstein, el departamento de Justicia prometió continuar la investigación de los cargos así como de posibles cómplices, comenzando con su amiga cercana Ghislaine Maxwell, acusada por varias demandantes de haber reclutado esclavas sexuales para su red y participado en algunos abusos.
Nadie conoce su actual paradero. El diario New York Post publicó el viernes fotos que parecían mostrarla en la terraza de un restaurante en Los Ángeles, pero sin especificar la fecha de las imágenes.
En espera del progreso de la investigación, se multiplican acciones civiles contra sus herederos y supuestos cómplices en busca de reparación, así lo informó Ambito.
Después de una primera demanda el miércoles ante la corte del estado de Nueva York por parte de una presunta víctima ya conocida por los medios, Jennifer Araoz, otra fue presentada en la corte federal de Nueva York por explotación sexual, reclamando 100 millones de dólares por daños y perjuicios.
Ante la posibilidad de un aluvión de demandas, Lisa Bloom, la abogada de las dos nuevas denunciantes que permanecen en el anonimato, pidió el viernes a los herederos de Epstein que creen un «fondo de compensación para las víctimas», que examinaría los reclamos de «manera justa y rápida».
De lo contrario, «lucharemos en la corte para obtener la justicia que nuestros clientes merecen», advirtió.