El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, de visita en Argentina, consideró que la “restauración conservadora” podrá “robar cualquier cosa, menos la esperanza”, reclamó la unión de la región “para desarrollar una estrategia de desarrollo” y llamó a “superar los engaños ideológicos sobre las finanzas del Estado”.
“La restauración de la derecha empezó acá, pero también acá comenzó ahora su final. Tiene el mismo libreto en todos lados. Que nos roben todo, menos la esperanza. No puede cambiar el curso de la historia. Y Argentina lo está demostrando”, subrayó Correa.
Para el ex mandatario -que gobernó entre 2007 y 2017-, la asunción de Alberto Fernández como jefe de Estado argentino significa “un vendaval de esperanza”.
Trazó además un paralelo entre lo que pasó en Argentina y en Ecuador en los últimos años: “Judicializaron la política; son ridículos. Reclamen ustedes derechos de propiedad intelectual, porque allá usaron el mismo libreto. Hasta hubo un cuaderno con anotaciones que ahora no aparece. Pero resistiremos y venceremos”.
Correa expresó estos conceptos anoche en el aula magna de la Universidad de Lanús (UNLa), tras recibir de manos de su rectora, Ana Jaramillo, un doctorado honoris causa que le había sido otorgado en 2014 pero que el mandatario nunca había podido venir a buscar.
Entre el público estuvieron la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el presidente del PJ Buenos Aires e intendente de Esteban Echeverrría, Fernando Gray; y el secretario general de ATE, Hugo Godoy.
Correa habló del “talento argentino” y destacó las figuras del papa Francisco, Leonel Messi, Carlos Gardel, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernesto Guevara y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y hasta señaló a Raúl Prébisch como “el economista latinoamericano más influyente de la historia”.
Lamentó el ex mandatario que “después de dos siglos como países independientes, la región sigue teniendo enormes desigualdades” y resaltó las potencialidades que tenía la Unasur, ahora prácticamente disuelta.
“Tenemos 400 millones de habitantes en 17 millones de kilómetros cuadrados. Podríamos ser la cuarta economía del mundo, con reservas de petróleo para 100 años y el primer productor de alimentos. Y con ciudadanos; no con consumidores”, subrayó.
En esa línea, juzgó que “unida, la región puede desarrollar estrategias de desarrollo y armonizar sus políticas productivas sin caer en el absurdo de competir bajando el precio de la mano de obra para atraer inversiones”, y reclamó “sociedades con mercado y no de mercados”.
Calificó además de “inmoral la explotación laboral” y advirtió que “la rentabilidad de una empresa no se puede sustentar en salarios de miseria”.
Por otra parte, Correa exhortó a superar los engaños ideológicos sobre las finanzas públicas, como hablar de gasto cuando se hace en verdad una inversión” y se preguntó “qué sentido tiene un Banco Central autónomo, como si los técnicos debieran tomar decisiones políticas”, informó Télam.