Los mismos chicos, horas antes, habían desvalijado el kiosco de la terminal del pueblo. Desde ese lugar habían sustraído una importante cantidad de golosinas, entre chicles y caramelos y las autoridades descubrieron que habían sido ellos por las huellas de sus zapatillas.
Dos de los demorados son hermanos y los llevaron a la Comisaría en averiguación del delito de «robo agravado en grado de tentativa» aunque no pueden ser perseguidos penalmente por ser inimputables.
Según la policía del lugar, una recorrida vio a uno de ellos en el techo del edificio de la Comuna, les dieron la voz de alto y en ese momento los otros salieron corriendo por la puerta trasera de la Municipalidad, pero fueron apresados.
Luego en la inspección que las autoridades realizan en el lugar y ya con la presencia de la jefa comunal Nilda Tolosa, la intendenta de Las Plumas, constatan que para entrar habían forzado la ventana de un baño y que tenían preparado un llamativo botín para llevarse, como por ejemplo, las llaves de la radio comunitaria, de la biblioteca, y varios elementos de oficina.
En el techo de la Comuna, la policía incautó tres mochilas con dos celulares, una linterna y un cuchillo de 30 centímetros que les fueron restituidos a la intendenta previa autorización judicial.
Ya en la Comisaría, las autoridades constataron que los mismos menores habían sido los autores de un cuantioso robo de mercadería de un kiosco que funciona en la terminal de ómnibus del pueblo desde donde el día anterior se habían llevado gran cantidad de golosina que la madre de los hermanos antes de que le allanen la casa devolvió espontáneamente.
Los padres de los demorados además fueron notificados que habían infringido la cuarentena, agregaron desde la policía.