Los más de 16.000 casos de Coronavirus registrados el miércoles hicieron saltar todas las alarmas. Al punto que el Presidente Alberto Fernández y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta decidieron dejar de lado la disputa política y los reclamos por los fondos de la coparticipación para verse las caras mañana sábado en Olivos. De esa cifra, 8.063 fueron de la Provincia de Buenos Aires y 1.707 de la Ciudad de Buenos Aires, los dos distritos que lideran la escalada de casos de las últimas tres semanas, con epicentro en la región metropolitana de AMBA, y los que más preocupan al Gobierno Nacional.
De las cifras analizadas por la Unidad de Datos de Infobae se desprende que en los últimos 19 días, la suba del promedio semanal de nuevos casos por día fue del 88%. Este ritmo de crecimiento contrasta con la velocidad del ritmo de vacunación, que depende de la fabricación y disponibilidad de vacunas de los laboratorios y gobiernos con los que el Gobierno hizo acuerdos de compra. El Ejecutivo Nacional acrecentó las gestiones para apurar la llegada de más vacunas ante una segunda ola que, según las autoridades y expertos, ya está comenzado en el país. Ayer arribaron un millón de dosis de Sinopharm provenientes de China, que forman parte de los 3 millones que ya pagó el Ministerio de Salud, y hoy aterrizan en Ezeiza otras 500.000 de Sputnik V embarcadas en Rusia.
Si bien tanto la administración nacional, bonaerense y porteña consideran que el escenario es distinto con respecto al año pasado, por un sistema de salud ya instalado y un mayor conocimiento de cómo se propaga el virus, la velocidad en el aumento de casos preocupa a las autoridades en todos los niveles. A eso se suma el hartazgo social después de una cuarentena de casi un año, el relajamiento en las medidas de prevención y el incipiente aumento en la ocupación de camas de terapia intensiva.
A esto se suma que la necesaria cooperación política para hacer frente a la segunda ola y acelerar la vacunación en todos los distritos, dejando de lado mezquindades partidarias, estará teñida por la proximidad de unas elecciones en las que Alberto Fernández se juega su futuro, y la coalición gobernante el equilibrio entre sus distintos sectores.
Primera ola versus segunda
Ante este panorama, se comparó el ritmo de crecimiento de los contagios de las últimas dos semanas con el avance de lo que fue la primera ola en 2020. La primera ola tuvo un tímido comienzo el 3 de Marzo del año pasado, cuando se registró el primer caso.
El pico de la primera ola fue el 21 de octubre pasado, cuando se registraron 18.326 casos en un solo día. En ese momento el promedio diario para siete días era de 15.051 nuevos casos por día, no muy lejos de los 16.056 registrados el miércoles. Se toma el promedio de una semana porque puede haber variaciones más marcadas entre un día u otro por demoras en la carga y, además, usualmente hay menos casos informados los fines de semana.
A partir de ese momento, la cantidad de contagios comenzó a descender, llegando a su punto más bajo el 10 de Diciembre, cuando el promedio para esa semana midió 4.926 nuevos casos por día.
Tras las reuniones de las Fiestas y la movilización por las vacaciones, comenzó el rebrote del verano y un nuevo pico se alcanzó el 11 de Enero con un promedio para siete días de 11.712 nuevos casos por día. De ahí en más, comenzó una baja, hasta el 21 de Febrero en el que el promedio de nuevos casos diarios descendió a 5.505.
Desde la tercera semana de Febrero en adelante, los contagios volvieron a subir, al principio lentamente, en lo que parecía una meseta alta, pero relativamente estable. Pero el 13 de Marzo comienza un aumento sostenido de casos. Ese día, el promedio de nuevos casos alcanzaba los 6.473 nuevos contagios por día, y ayer tuvimos en promedio 12.162 casos diarios.
En 2020, a la primera ola le tomó siete meses en alcanzar su pico. A este ritmo, este año podríamos llegar a los mismos valores del pico de 2020 para principios de Mayo, y de ahí en más, superar ampliamente los nuevos contagios diarios sin que se pueda inferir con demasiada certeza cuál será el nuevo pico.