Deja el exigente Atlético del Cholo para buscar algo de tranquilidad junto a su amigo Messi. Las posibles consecuencias en la vida deportiva.
Siempre hay espacio para asombrarse con las noticias que deja el fútbol. En cualquier país, en cualquier equipo. Los jugadores cambian sus preferencias, eligen por cariño o por dinero o por objetivos y actúan en consecuencia. En estas horas, Rodrigo De Paul está definiendo si abandona al Atlético de Madrid para irse a jugar al equipo de Messi, el Inter de Miami. De acuerdo con TyC Sports.
Lleva más de cuatro años en el equipo que dirige Diego Simeone y según parece, la idea es cambiar de aire, de ciudad, de país y de entorno. La tentación creció y tener la chance de compartir los últimos destellos de su amigo Messi en el torneo estadounidense seduce al crack argentino, que sigue firme en la selección albiceleste.
Las dudas para el futbolero común y fanatizado con la Scaloneta nacen sin que nadie las convoque: ¿De Paul quiere jugar con menos presiones y en una liga de segundo nivel para darse el gusto junto a Messi? ¿No le preocupa participar de un torneo de poco relieve y donde a nadie le preocupa demasiado ganar o perder? ¿Está pensando en abandonar la selección o simplemente cree que cumplió un ciclo con el exigente Cholo y quiere jugar con menos estrés?
Podríamos seguir preguntándonos cuestiones parecidas, abriendo la duda sobre su continuidad en la Selección, o si simplemente es una “decisión de vida” como la ha calificado el propio jugador, quizá menos preocupado que los simpatizantes del campeón mundial, que no imaginan a un equipo que no vaya a defender en el máximo nivel el título ganado en 2022.
De Paul al Inter Miami: ¿afectará su nivel en la Selección?
De Paul tiene 31 años, parece tener cuerda para rato y su participación -hasta ahora- ha sido fundamental en los equipos donde juega. El Inter de Miami está poblado de argentinos, se supone que Messi renovará su contrato y quizá esa situación haya influido para que Rodrigo se defina por acompañar a su amigo en la aventura del año próximo jugando juntos.
La discusión sobre si competir en la MLS le bajará el nivel futbolístico a De Paul hoy no tiene respuesta posible, pero queda claro que es una liga de segundo orden, más allá de la promoción y difusión que tiene ese torneo, para intentar la quimera de que el fútbol equipare a los deportes populares de los Estados Unidos, algo que parece inalcanzable.
¿Le servirá un De Paul versión light a Scaloni en los próximos meses? ¿O el futbolista será quien con su rendimiento nos tapará la boca a quienes insinuemos algún reparo a una definición que seguramente al propio De Paul lo dejará conforme, pero que abrirá las dudas en quienes lo han visto en el máximo nivel durante varios años? Veremos.