La primera víctima del frío polar tiene nombre y oficio: Domingo Nahuelqueo, peón de estancia
¿Y la UATRE Que hace? ¿y la sociedad rural de Chubut? ¿Y la Secretaria de Trabajo de Chubut a cargo de Marcial Paz?
Memoria, verdad y justicia por el peón rural fallecido en la Estancia la Laurita
Murió este fin de semana en la Estancia «La Laurita», en Chubut. Lo encontraron en un paraje, en medio de la peor nevada de los últimos 50 años. Un símbolo de quienes mandan y quiénes mueren en la Patagonia.
Pampa Triste se llama el paraje donde encontraron a Domingo Nahuelqueo. Tenía 68 años y su cuerpo estaba a la intemperie, en medio de la peor ola de frío polar de los últimos 50 años. Tardaron en rescatar su cuerpo porque la mayoría de las rutas está cortada.
La Estancia «La Laurita» queda en la zona precordillerana de Chubut, cerca de la localidad de Gobernador Costa.
Quienes conocen la historia, cuentan que las tierras de esa zona de la Patagonia fueron apropiadas tras la “campaña del desierto” del genocida Roca y generosamente repartidas entre los oligarcas locales y sus socios extranjeros.
La zona era un valle rico en pasturas, que pronto fue otorgado a empresarios exportadores de origen alemán, entre ellos Cristian Lahusen, Guillermo Staudt y Mauricio Braun. Este último sería uno de los instigadores de las masacres de la Patagonia rebelde. De aquellos Braun descienden el jefe de Gabinete Marcos Peña y su primo Miguel Braun, actual secretario de Comercio de la Nación.
Quienes conocen la historia, dicen que la Estancia «La Laurita» perteneció hasta 1908 a Von Bernhard, a quienes muchos sindicaban como un simple testaferro de quienes en ese momento pasarían a ser sus propietarios, la familia Braun. Tenía, en sus orígenes, 57.500 hectáreas.
Los antepasados de Nahuelqueo, en cambio, fueron los pueblos originarios expulsados a sangre y fuego de aquellas tierras. Sus tierras. Miles de mapuches y tehuelches debieron huir o murieron resistiendo perseguidos por sables y escopetas.
Más de un siglo después, la ola polar revelaría con dolorosa crudeza, quiénes son los dueños y quiénes trabajan hasta dejar la vida en las anchas tierras de la Patagonia.