El mercado inmobiliario argentino atraviesa un momento de cambios profundos.
Septiembre traerá una actualización clave: los contratos de alquiler alcanzados por la derogada Ley de 2020 se ajustarán con un índice del 50,36%, el más bajo desde noviembre de 2021.
Según Cadena 3 Radio Patagonia, la cifra representa una fuerte baja respecto a los aumentos de más del 200% registrados a comienzos de 2024. Sin embargo, el impacto aún se siente en los bolsillos.
En números concretos, una familia que pagaba $400.000 por un departamento de tres ambientes pasará a abonar $601.440 desde septiembre y hasta agosto de 2026. Si bien el porcentaje de ajuste es el menor en casi cuatro años, el gasto se suma a expensas que en muchos casos duplican los valores habituales.
Cómo cambió el mercado tras la derogación de la ley
La eliminación de la Ley de Alquileres, a través del decreto 70/2023, transformó el escenario inmobiliario. En la Ciudad de Buenos Aires, la oferta pasó de menos de 500 propiedades en diciembre de 2023 a casi 20.000 en 2025.
Este nuevo panorama abrió espacio para renegociaciones, bonificaciones y contratos con ajustes trimestrales o cuatrimestrales, lo que ofrece mayor flexibilidad tanto a propietarios como a inquilinos.
Lo que viene hacia 2026
De cara al próximo año, cuando finalicen los últimos contratos firmados bajo la normativa derogada, el mercado ingresará en una etapa de acuerdos cortos y dinámicos.
No obstante, especialistas remarcan que persisten dos grandes desafíos: el bajo poder adquisitivo de las familias y el peso de las expensas, que en algunos casos llegan a representar el 50% del alquiler mensual.
El ajuste de los alquileres de septiembre se perfila como un respiro parcial dentro de un contexto económico aún complejo. Si bien la baja del índice marca un quiebre respecto a los incrementos desmedidos, las dificultades estructurales del mercado de vivienda continúan vigentes.