En la planta sólo se procesa 25% de lo recolectado. Proponen que los vecinos separen en secos y húmedos.
Según la encargada de la planta Girsu, Paola Huenelaf, el municipio de El Bolsón está en condiciones de comenzar a concretar el programa de separación domiciliaria de residuos. Desde su óptica, en la ciudad «la clave está en la separación en origen, en bolsas para orgánicos y recuperables secos y húmedos».
«Actualmente el reciclado es de aproximadamente un 25% del total, el resto va a las celdas de relleno sanitario», acotó Huenelaf, quién es ingeniera en Geología recibida en Cuba. Y remarcó que «éstas plantas están diseñadas para reciclar al menos un 80% de los residuos, como ocurre en otros municipios».
A su criterio, «estamos con posibilidades ciertas de comenzar, sumado a que desde el 1° de marzo las operaciones en doble turno nos permiten atender la entrada de más camiones, aún cuando no lo podemos cuantificar todavía en estadísticas».
Cada día, 20 operarios municipales trabajan en el complejo ubicado en Los Repollos, a 18 km del casco céntrico. Allí se procesan 12 toneladas de basura (en verano son más de 20) que se recogen incluso con turnos nocturnos. Sobre la operatividad, Huenelaf, enumeró que «se hace la clasificación manual de los residuos, separando plástico, cartón, metales y vidrio», trabajando sobre una cinta montada en el galpón de las instalaciones.
Precisamente, durante el transcurso de esta semana la Subsecretaría de Ambiente comercializó 13.000 kilos de PET, que se entregaron en fardos a un mayorista. El producido de la venta se distribuye entre los mismos empleados «como un modo de reconocimiento por la tarea que hacen, manipulando los deshechos que nadie quiere oler ni tocar», subrayó la funcionaria.
En referencia a la predisposición ciudadana para la implementación del programa, acotó que «la comunidad de El Bolsón siempre tiene una respuesta favorable, más allá de la falencia del municipio de no contar con la infraestructura adecuada para implementarlo». No obstante, dijo que «hay costos significativos en las campañas de difusión, que deben ser permanentes».
En referencia al relleno sanitario, Paola Huenelaf dijo que «lo normal es que se vaya tapando a diario». En cambio, «tenemos un vertedero de una altura de 2 o 3 metros desde diciembre, aún cuando lo tenemos controlado, porque la máquina retroexcavadora del municipio no está siempre disponible para este cometido, al igual que los camiones con áridos», según detalló.
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