P-3 orion. Es el modelo de avión que participará de los ejercicios. Foto:Cedoc
Serán unos treinta efectivos y dos aviones que realizarán un entrenamiento con la Armada. Falta la aprobación de Diputados.
Un nuevo hito para las renovadas relaciones con Estados Unidos se concretará a fines de octubre. La Armada argentina realizará un ejercicio de entrenamiento conjunto con su homóloga norteamericana en el Atlántico sur. Aún resta la aprobación en la Cámara de Diputados, pero la previsión es que la prueba se realice entre el 27 de octubre y el 2 de noviembre.
No será un ejercicio de combate sino que se centrará en actividades navales de rescate y búsqueda en el océano. Participarán dos aviones navales norteamericanos y uno de la Argentina. Son unidades militares, pero no de combate. En total, indicaron fuentes de la Embajada de Estados Unidos, llegarán unos treinta efectivos al país. La escala pequeña del ejercicio, en comparación con las operaciones masivas que realiza ese país con otros aliados en regiones calientes, hace que ni siquiera sea considerado como un ejercicio militar conjunto sino que se describe con la rúbrica “intercambio de expertos en la materia”, SMEE según sus siglas en inglés.
La Armada norteamericana aportará dos aviones P-3 Orion, una unidad con cuatro motores a hélice que está activa desde la década del 60 y será reemplazada por su sucesor, el P-8 Poseidon, hacia fines de esta década. Esta unidad cuenta con diversas configuraciones, que van desde el uso para rescate y búsqueda hasta la guerra antisubmari
na y el espionaje electrónico.
Argentina participará con su propio P-3, pero es una unidad sin los elementos de modernización que tienen las aeronaves norteamericanas. Otro objetivo de la actividad será intercambiar conocimiento en materia de mantenimiento y servicio, un dato importante porque la Argentina está obligada a mantener en uso unidades que otros países ya habrían pasado a retiro.
Además del ejercicio de entrenamiento conjunto, que se realizará desde las bases navales de Bahía Blanca y Trelew, los P-3 también participarán de una actividad organizada por la NASA. “El propósito de esta misión será reunir datos científicos de la Antártida, que potenciarán la capacidad de la Argentina para realizar su campaña antártica anual”, explican desde la representación diplomática norteamericana.
Los intercambios militares se realizan en base a un acuerdo realizado en 1964, que ha sido actualizado en agosto de este año, y que se conoce en términos generales como Acuerdos 505, en referencia a la sección 505 de la Ley de Asistencia Extranjera de los Estados Unidos. Esta actualización permitió reanudar “las transferencias habituales entre fuerzas militares” que están previstas en la citada ley, indicó a PERFIL una calificada fuente diplomática.
Los intercambios en materia militar y de seguridad no son una novedad ya que existen desde la década del 60. Sin embargo, marcan un fuerte cambio desde que la relación en esta materia quedó congelada durante la era kirchnerista por el incidente del alicate: cuando el ex canciller Héctor Timerman, en 2011, ordenó abrir con un alicate valijas con equipos de comunicación encriptada.
El cambio de rumbo se inició bajo la administración Obama, pero continúa y se profundiza desde la llegada de Donald Trump al Salón Oval. La política hacia la Argentina es uno de los pocos rasgos de continuidad en materia de política exterior entre las dos administraciones.
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