El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy a través de Twitter que su secretario de Estado, Mike Pompeo, llegará mañana desde Corea del Norte con los tres ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en Pyongyang, y anticipó que ya resolvió «fecha y lugar» para la cumbre con Kim Jong-un.
«Me complace informarles que el secretario de Estado Mike Pompeo está en el aire de regreso de Corea del Norte con los tres maravillosos caballeros», tuiteó Trump y agregó que «parecen tener buena salud».
Trump precisó que aterrizarán en la base de la fuerza aérea Andrews a las 2 de la mañana hora local y que él mismo irá a recibirlos.
El presidente estadounidense consideró que fue «una buena reunión» y que ya están «arreglados» el lugar y la fecha para su histórica cumbre con el líder norcoreano, aunque no precisó detalles.
Hace una semana comenzaron a surgir los rumores de la liberación de Kim Dong-chul, de 64 años, Kim Sang-duk, de 58 y Kim Hak-song, con 60, todos nacidos en Corea del Sur y nacionalizados estadounidenses, acusados de crímenes contra el gobierno comunista, como un gesto previo la cumbre Trump-Kim.
Finalmente, el jefe de la diplomacia estadounidense -que hoy visitó por segunda vez la capital norcoreana en menos de un mes- traerá de vuelta a los tres hombres.
El primero de ellos es un empresario que fue arrestado en octubre de 2015 durante un viaje a Corea del Norte y condenado después a 10 años de cárcel por espionaje y es el estadounidense que más tiempo estuvo detenido en ese país.
Los otros dos, detenidos en la primavera de 2017, eran profesores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pyongyang (PUST), la única privada y con financiación extranjera del país, y a quienes los medios norcoreanos les atribuyeron «actos hostiles» contra el régimen sin que ningún tribunal se haya pronunciado aún.
En la capital norcoreana, Pompeo se reunió hoy con el responsable de relaciones intercoreanas, Kim Yong-chol, y aprovechó para lanzar el mensaje que ambos países pueden resolver su conflicto y acabar con las amenazas «trabajando juntos».
Sin embargo, durante el viaje hacia Pyongyang, el propio secretario de Estado dijo a los periodistas que lo acompañan que no hay ninguna intención de «aliviar las sanciones» al país comunista.
El jefe de la diplomacia aseguró que los castigos se levantarán solo cuando se logre el objetivo de «la completa, verificable e irreversible desnuclearización» de Pyongyang.
El mensaje parece insistir en la línea dura que Trump apuntaló con la designación de varios «halcones» -entre ellos Pompeo- desde que en marzo se anunciara por primera vez que podría haber cumbre con Kim, y que sugieren que Washington podría proponer a Pyongyang un desarme atómico integral como el acordado en su momento con la Libia de Muammar al Khadafi.
Una línea que hoy refrendaron los puntales asiático en un cumbre tripartita en la que se reunieron el primer ministro japonés, Shinzo Abe, su homólogo chino, Li Keqiang, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, que, en Tokio, se centraron en el diálogo abierto con Pyongyang para que «abandone su armamento nuclear».
Los tres respaldaron la «completa desnuclearización» y una paz duradera en la península y se comprometieron a colaborar en esa dirección, aunque también sacaron a relucir sus divergencias a la hora de lidiar con Pyongyang.
En tanto, la prensa oficial norcoreana recibió hoy a Pompeo instando a Washington a no minar el ambiente de diálogo.
«Estados Unidos debería saber que es mejor abstenerse de palabras y acciones que puedan dañar el buen ambiente excepcionalmente generado para las conversaciones», según el diario Rodong Sinmun que cita la agencia de noticias EFE.
El texto añade que Washington «también debería esforzarse en mostrar actitudes sinceras y genuinas a la altura de las actuales circunstancias».
El histórico encuentro entre Trump y Kim será el primero entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte tras casi 70 años de confrontación iniciada con la Guerra de Corea (1950-1953) y más de un cuarto de siglo de fallidas negociaciones.