El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, prometió hoy impulsar «una revolución económica» para salir de la crisis que mantiene al país, sumido en un masivo desabastecimiento de productos de primera necesidad, a sólo cuatro días de las elecciones presidenciales.
«Si ustedes me hacen presidente de la República el domingo 20 de mayo para el periodo 2019-2025, haré una gran revolución económica para la paz, la prosperidad y la felicidad de este pueblo”, aseguró en un acto por la reelección en la localidad de San Félix, en el noreste del país, donde llamó a la clase media a apoyarlo en las urnas este domingo.
Al mismo tiempo que Maduro hablaba, cientos de opositores marchaban por el centro de Caracas, donde tenían planeado ir hasta la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) para denunciar «el fraude electoral». Sin embargo, policías antidisturbios les bloquearon el paso y los obligaron a dispersarse.
Poco después, los manifestantes, convocados por el opositor Frente Amplio Venezuela Libre -un grupo creado hace poco que nuclea a líderes políticos opositores, organizaciones sindicales, empresariales, académicas, estudiantiles y civiles- se concentraron en una plaza cercana y desde ahí, gritando consignas como «no al fraude, elecciones ya», fueron hasta la sede de la OEA para presentar un documento.
El texto denunciaba «un fraude electoral» en ciernes, a partir de los dirigentes opositores inhabilitados o presos y el férreo control del chavismo sobre la justicia electoral.
Una de las líderes del frente, la diputada Delsa Solórzano, leyó el documento frente a la sede y los manifestantes: «Pedimos que se pronuncie de inmediato, una vez más, exigiendo la suspensión de este proceso fraudulento que se llevará a cabo el próximo 20M”, en referencia a las elecciones del próximo domingo.
Solórzano también llamó a la ciudadanía a boicotear los comicios.
“Estamos convocando al silencio el 20 de mayo, a quedarse en su casa» y a que «vayan a las iglesias con la bandera de Venezuela en símbolo de protesta”, afirmó y prometió que, el lunes siguiente a los comicios, el frente dará una respuesta oficial a las elecciones y los resultados.
A su lado, otro miembro del grupo, Andrés Velásquez, agregó que el mismo documento también fue entregado a la Unión Europea (UE).
«Lo que va a ocurrir el 20 no es ningún acto electoral donde se respete el derecho del ciudadano a elegir, ese es un acto ilegitimo, con un Consejo Nacional Electoral parcializado», denunció, citado por la agencia de noticias ANSA.
Asimismo, el frente opositor anunció que venezolanos residentes en 595 ciudades de 90 países del mundo recogerán firmas y las llevarán a representaciones diplomáticas para pedir, como lo hicieron hoy con la OEA y la UE, que desconozcan las elecciones.
«En cada ciudad del mundo vamos a ir a representaciones diplomáticas, vamos a recoger firmas y las vamos a entregar para pedir que el mundo nos ayude a salir de este drama», informaron los líderes opositores.
Ajena a las críticas, la vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Sandra Oblitas, aseguró que el ente rector de los comicios está “perfectamente preparado” para el próximo domingo y pidió que todos, oficialistas y opositores participen de la elección del próximo presidente y los próximos legisladores regionales y municipales.
Oblitas adelantó que el ganador de los comicios asumirá la Presidencia en enero del año próximo, según informó el diario local El Universal.
El domingo están convocados a votar más de 20,5 millones de venezolanos y la gran incógnita no es quién ganará, sino cuánta gente irá a las urnas.
La principal fuerza política opositora, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), decidió no participar de los comicios ya que dos de sus principales líderes -Henrique Capriles y Leopoldo López- están inhabilitado y detenido, respectivamente.
Pese a este boicot, otros tres candidatos se presentaron: los ex chavistas devenidos en opositores Henri Falcón y Reinaldo Quijada, y el pastor evangelista y recién llegado a la política, Javier Bertucci.
En los últimos días el Frente Amplio Venezuela Libre hizo campaña a contrarreloj para que la abstención el domingo sea lo más alta posible y legitime sus llamados a desconocer al futuro presidente, mientras que Maduro mantiene firme su abarrotada agenda alrededor de todo el país para garantizar que la base electoral chavista se mantenga unida a pesar de la dramática crisis humanitaria que vive el país.