En un reunión de alto contenido de cambiemismo explícito en lo que respecta a las relaciones laborales, el Ministerio de Trabajo de la Nación logró que se levante el paro por tiempo indeterminado que habían dispuesto los trabajadores de las centrales nucleares Atucha, por los 250 despidos del viernes pasado.
En la cartera laboral, las partes se encontraron para una audiencia de conciliación, que derivó en un resolución de los comandados por Jorge Triaca que dictaminó la rendición obligatoria del gremio. Es que luego de amenazar a Luz y Fuerza con sanciones como las que le impuso a Hugo Moyano en las últimas horas, de posponer el pago de los salarios y de amagar con el envío de las Fuerzas Armadas, impuso una conciliación obligatoria que sólo rige para la parte gremial.
Los funcionarios incluso se tomaron el trabajo de hacerle la cuenta a los representantes gremiales de cuánto deberían pagar en concepto de multa en el hipotético caso de no acatar lo dictado por el Ministerio: 15,8 millones de pesos.
A partir de la resolución, emitida en horas de la tarde de ayer, el gremio volvió a retomar las actividades. Lo “curioso” es que Nucleoeléctrica Argentina S.A. firma que controla las centrales nucleares, confirmó las cesantías y la cartera laboral lo avaló. Es decir, el espíritu de la conciliación que es retrotraer el conflicto al instante anterior a desatarse, se cumplirá sólo en materia sindical.
El escrito, que lleva la firma de Adolfo Saglio Zamudio director de Relaciones y Regulaciones del Trabajo, le garantiza 15 días de paz social al ajuste decidido por la cúpula de NASA y ata de pies y manos a los despedidos y sus herramientas gremiales para encarar protestas.
Es una resolución sin precedentes, que empieza a marcar el pulso de la línea que puede tomar el Ministerio en la “resolución” de conflictos en el segundo semestre de este año, que desde el propio Gobierno anuncian de crisis económica.
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