Después de la gran actuación de Rossi en la Bombonera y del buen regreso de Andrada ante Patronato, el DT estaba ante una difícil elección para el Superclásico.
La última pelota ante Patronato, ese tiro de Matías Garrido con destino de batacazo, terminó de convencer a Guillermo Barros Schelotto. El número uno mendocino voló y evitó el empate del equipo entrerriano. Boca ganó gracias a esa atajada. Y el Mellizo ya lo decidió: el sábado ante River, Estaban Andrada será titular en el Monumental.
Sí, a pesar de la magnífica actuación de Agustín Rossi en la Bombonera que le dio vida a Boca, Guillermo prefiere devolverle el puesto al arquero de 27 años que estuvo 57 días sin jugar oficialmente por la fractura en la mandíbula. “Lo vio muy bien”, le dijeron a Clarín cerca del cuerpo técnico.
Cuando Andrada sufrió la lesión producto del choque con Dedé en el partido de ida de los cuartos de final ante Cruzeiro, los pronósticos médicos no eran tan optimistas. Todos creyeron que el guardameta recién estaría disponible para la pretemporada de enero. Por eso, los dirigentes salieron al mercado a buscar un reemplazo. Llegó el boliviano Carlos Lampe, de Huachipato de Chile, como alternativa para Rossi. El Mellizo consideraba que todavía no estaban maduros los juveniles Javier Bustillos (21 años) y Manuel Roffo (18) ante la contingencia de debutar en la Copa Libertadores.
Así y todo, la inmediata intervención quirúrgica a la que fue sometido Andrada y la predisposición que mostró para trabajar en la recuperación, aceleraron los tiempos. Pero Guillermo quería verlo en acción. Por eso, le pidió al presidente Daniel Angelici adelantar el partido de la 13ª fecha contra Patronato, para utilizarlo como banco de pruebas, pero fundamentalmente, para evaluar el rendimiento del arquero.
Y Andrada respondió con solvencia. Dos veces en el primer tiempo y una en el segundo, la que casi se transforma en el gol visitante. Hay otras situaciones que juegan a favor del arquero nacido al pie de la Cordillera: la seguridad en el juego aéreo, su porcentaje de vallas invictas y sus antecedentes en las definiciones por penales.
En apenas 10 partidos disputados bajo los tres palos xeneizes, Andrada apenas recibió 4 goles, 2 contra Libertad en Paraguay y 2 frente a Estudiantes. En los restantes 8 encuentros, mantuvo el arco en cero. Con el mendocino en el arco, Boca ganó 8 partidos, empató uno y perdió uno.
El año pasado fue figura de Lanús en la definición por penales ante San Lorenzo. Le tapó uno a Matías Caruzzo y otro a Nicolás Blandi y el granate se metió en las semifinales de la Libertadores.
Siete veces jugó Andrada contra River. Dos con Arsenal que terminaron en empates (1 a 1 en 2014 y 3 a 3 en 2015) y cinco con Lanús. Fue protagonista de una victoria resonante por la Supercopa Argentina (3 a 0 en La Plata). Después ganó otros dos partidos: 1 a 0 en la Superliga y 4 a 2 por las semis de la Copa del año pasado. Perdió dos encuentros: 3 a 1 en el campeonato y 2 a 0 en la ida de la Libertadores 2017 que se jugó en Núñez.
Las tres tapadas de Rossi no alcanzaron para volcar la balanza a su favor. A pesar de ser el arquero bicampeón y de su buen Superclásico, el número uno de 23 años lo verá desde el banco. Andrada se calzará los guantes para la Superfinal.
¿Quién reemplazará a Pavón?
Así como Guillermo tiene claro que Andrada recuperará la titularidad, todo lo contrario ocurre con el sustituto de Pavón. El cordobés se desgarró el isquiotibial de la pierna izquierda ante River y, a pesar de los esfuerzos, no será de la partida.
Bajo esta coyuntura, el Mellizo maneja cuatro nombres: Darío Benedetto, Carlos Tevez, Mauro Zárate y Edwin Cardona. El técnico deberá decidir entre el gol del “9” de oro, el impulso anímico del referente de Fuerte Apache y el juego que pueden proponer el ex Vélez y el colombiano.
Sebastián Villa estaría de entrada. En un contexto en el que puede ser decisivo el contragolpe, la velocidad del atacante antioqueño puede ser clave. Aunque el entrenador observará qué decisiones toma Marcelo Gallardo para reemplazar a Rafael Santos Borré. Será un juego de ajedrez, claro.
Fuente: Clarín