Tras cinco meses de movilización, miles de «chalecos amarillos» salieron a las calles en el 23º sábado consecutivo de protestas, dando lugar a enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, que se saldaron con más de 180 detenciones.
La policía cargó en varias ocasiones contra los manifestantes con granadas de dispersión y gases lacrimógenos en un gran bulevar del centro de la capital, entre las plazas de la Bastilla y de la República de la capital.
A media jornada, la policía había detenido a 189 personas en París y había practicado más 17.500 controles preventivos.
Según el recuento de las autoridades, unos 27.900 «chalecos amarillos» se manifestaban en Francia, 9.000 de los cuales en París.
El sábado anterior, 31.100 personas se manifestaron en todo el país, y 5.000 de ellos en la capital, según cifras oficiales, rebatidas por el movimiento de los «chalecos amarillos».
Mobiliario urbano, vidrieras destruidas y al menos 10 motocicletas en llamas es el balance de la marcha en París, hacia la Plaza de la República.
Basureros y contenedores fueron incendiados en la vía pública, también se dañaron automóviles, reportó la prensa local.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía recrudecían en diversas esquinas de la capital francesa y numerosos comercios sufrieron destrozos en vidrieras y marquesinas.
Le sucedió a un local de McDonald’s, luego al almacén Go Sport, donde los revoltosos se apropiaron de material deportivo tomado de las vidrieras.
ambito