El certificado se logró, además, con la presencia de un sistema de vigilancia que garantiza la detección precoz de los casos importados; el diagnóstico y el tratamiento oportuno y el control de los mosquitos del género Anopheles.
“La certificación es el resultado de un trabajo muy arduo en el que tuvo lugar la capacitación y el reentrenamiento de todas las direcciones de Epidemiología y de todos los laboratorios de las provincias”, aseguró el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein desde Ginebra, Suiza.
El funcionario explicó que tras las capacitaciones y acciones necesarias se invitó a las autoridades del comité certificador de la OMS para que realizara la evaluación externa.
Las actividades de la comitiva internacional incluyeron reuniones técnicas y visitas de campo en algunas provincias, hospitales e institutos como el laboratorio Nacional de referencia de malaria dependiente de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos (Anlis).
“Celebramos la certificación, pero lejos de bajar los brazos, seguiremos fortaleciendo el trabajo porque sabemos que el desafío continúa”, afirmó la subsecretaria de Prevención y Control de Enfermedades de la Secretaría de Gobierno de Salud, Miriam Burgos, quien en una ceremonia recibirá el certificado que da cuenta de este logro.
Por su parte, la directora nacional de Epidemiología y Análisis de la Situación de Salud, Patricia Angeleri, destacó que “este es el resultado de una política sostenida a largo plazo”.
Para el diagnóstico precoz fue necesario capacitar a una red de microscopistas a través de cursos intensivos a cargo del Anlis- Malbrán y además se adquirieron drogas antipalúdicas que se distribuyeron estratégicamente en todo el país con el objetivo de brindar el tratamiento dentro de las 24 horas de haberse confirmado el caso.
“Sin dudas la certificación es un logro histórico para nuestra salud pública, un reconocimiento para todos aquellos que durante décadas trabajaron de manera sostenida en la lucha antipalúdica”, concluyó Brandt.
El paludismo es una enfermedad potencialmente mortal causada por la infección de un parásito y se da frecuentemente a escala mundial: en 2016, por ejemplo, se estima que hubo 216 millones de casos y 445.000 muertes por paludismo cuyos casos se registraron en su mayoría en África.
Conocido también como malaria, se transmite por la picadura del mosquito silvestre del género Anopheles, presente en Argentina principalmente en Salta, Jujuy y Misiones.
El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, no a través del contacto personal, pero sí por vía madre-hijo durante el embarazo o por transfusiones sanguíneas. Las embarazadas y los menores de 5 años son los de mayor riesgo para esta enfermedad, explicaron desde el Centro Nacional de Diagnóstico e Investigación en Endemoepidemias (Cendie) de la Secretaría de Salud de la Nación.
“La sospecha, el diagnóstico precoz, el tratamiento oportuno y la notificación del caso son esenciales para poder implementar las acciones necesarias para evitar la reintroducción de esta enfermedad”, agregaron y ante cualquier consulta de la población, solicitaron comunicarse al 0800-222-0651.
La principal medida preventiva es erradicar los sitios de cría de los vectores (mosquitos) de los hogares y evitar el contacto con los mismos.
Y otras medidas sugeridas son: mantener patios y jardines desmalezados, ordenados y limpios; eliminar posibles sitios de cría de los mosquitos, eliminando los recipientes que puedan acumular agua; utilizar repelentes para insectos, principalmente al atardecer y al amanecer; utilizar mosquiteros en puertas y ventanas; y, de ser posible, usar pastillas termovaporables o espirales.
Chaco por Día