El Millonario tuvo un muy mal comienzo en la Copa Libertadores y sin Marcelo Gallardo en el banco de suplentes, perdió 3-0 ante el elenco ecuatoriano, en la primera fecha del Grupo D. Guerra (15′), Borja (35′), y Sornoza (76′), de penal, marcaron los goles.
River fue a la altura de la capital ecuatoriana con una dotación reducida, dejando su cabeza, prioridad en la definición de la Superliga y el propio entrenador, Marcelo Gallardo, en Buenos Aires, y lo pagó con una dura derrota a manos de Liga Deportiva Universitaria, de Quito, por 3 a 0, en el partido inaugural del Grupo D de la Copa Libertadores.
El partido con Atlético Tucumán del próximo sábado encierra toda la atención del mundo riverplatense, pero la Copa Libertadores, de la que es vigente subcampeón, llegó antes y seguramente entrará en consideración la semana próxima.
Esto significó que el partido de hoy en los 2.850 metros de altitud de Quito «lo pasó por alto», al punto de presentar un equipo con mayoría de suplentes y un único titular que estará el sábado en Tucumán como el zaguero paraguayo Robert Rojas.
Y la cuestión llegó al punto que hasta su técnico, Marcelo Gallardo, se quedó en Buenos Aires por un cuadro de anginas que le levantó fiebre, y por lo tanto corría el riesgo de que al ingresar en Ecuador fuera ingresado preventivamente en cuarentena por la pandemia del coronavirus. Lo reemplazó Matías Biscay, que después de haber dirigido al primer equipo en 10 partidos, con cinco triunfos y la misma cantidad de empates, hoy «perdió el invicto».
Que los ecuatorianos capitaneados por el arquero argentino, ex Independiente, Adrián Gabbarini, contaran con 12 suplentes y River apenas con cinco, fue todo un símbolo de lo que representaba este encuentro para los «millonarios», aunque los costos a pagar eran invaluables en la previa y después serán valorados como muy negativos por la diferencia adversa de gol.
Además River tendrá que jugar toda esta fase de grupos a puertas cerradas como local por distintas suspensiones aplicadas al estadio Monumental, empezando por el cotejo de la semana próxima ante Binacional, de Perú, que mañana estará completando esta primera fecha como local ante San Pablo, de Brasil.
Una defensa con Bruno Zuculini como inhabitual marcador central y el veterano arquero Enrique Bologna (38 años) llegando con un prolongado período de inactividad, sumado a otros experimentados también con poca acción en los últimos tiempos como el capitán Leonardo Ponzio y Lucas Pratto, «desentonaron» en un equipo plagado de chicos.
River estuvo en partido durante el primer cuarto de hora de juego, cuando Cristian Ferreira remató desde fuera del área y su precisa pegada terminó con el balón rebotando en el travesaño del arco liguero.
Pero en la jugada siguiente llegó el tanto de cabeza del zaguero local Franklin Guerra tras un tiro de esquina desde la izquierda en la que el goleador le ganó en el salto al paraguayo Rojas ante un Bologna que no se movió de la línea de sentencia, y el desarrolló empezó a encarrilarse prematuramente hacia un final previsible.
Es que River no tenía volumen de juego, por ende jugaba siempre lejos de Pratto y del arco local, quedando expuesto en cada réplica a una nueva conquista de los ecuatorianos.
Y esto se produjo 20 minutos después con una de las fórmulas más sencillas y prácticas que tiene el fútbol: desborde por izquierda y centro atrás para la llegada de un delantero, en este caso el portentoso Cristian Martínez Borja, que tocó en el borde del área chica hacia la red ante la falta de reacción efectiva de Rojas y Bologna.
El segundo tiempo parecía comprometer aún más las chances riverplatenses por los efectos que va provocando la altura cuando los minutos pasan, y efectivamente así fue porque River nunca inquietó las proximidades de Gabbarini y, por contrapartida, sufrió en las de Bologna.
Y de hecho el arquero ex Banfield terminó expulsado a los 25 minutos por salir forzadamente fuera del área y cometer una mano que le costó la tarjeta roja.
Y acto seguido, sobre la media hora a Zuculini le cobraron como penal una mano que en realidad fue absolutamente casual y Junior Sornoza, figura del encuentro, transformó esa pena en la tercera conquista de su equipo con un disparo que envió a Germán Lux, reemplazante de Bologna, a retirar el balón del interior de su propio arco como primera actividad en el partido.
Fue derrota pesada para este equipo improvisado que llevó River a Quito y del que los dirigidos por el uruguayo Pablo Repetto supieron aprovecharse para arrancar con buena cosecha su participación en esta fase de grupos. Si esta decisión adoptada desde Buenos Aires por Gallardo valió la pena se sabrá el próximo sábado. Si es así, el «Muñeco» estará celebrando entonces su primer título como técnico en el fútbol local.