A pesar de que por la pandemia los chicos y chicas no están concurriendo a clases, el estado edilicio de los colegios de Madryn continúa siendo una preocupación.
Norma Beraza.
Por REDACCIÓN CHUBUT
En este caso, la Escuela 219 del barrio Pujol, presenta graves problemas de infraestructura, según contó la directora del establecimiento: “La escuela tiene varias deficiencias, tiene filtraciones de techos, problemas eléctricos, inconvenientes de mantenimiento en general. Son cuestiones que se vienen trabajando hace ya unos años y a la fecha todavía hay muchas cosas pendientes para solucionar”.
CAIDA DE PANELES Y PLAFONES
Respecto a los techos, Norma Beraza contó que “la obra empezó en marzo de 2019, fue suspendida en varias oportunidad, fue retomada en diciembre y han comenzado y parado varias veces.
Hicieron algo en diciembre, algo en enero, algo en febrero, pero hay problemas con los materiales, con los pagos, pero todo viene lentísimo”. La mayor problemática de la escuela son las filtraciones, “toda la parte del techo de chapa ha sido reparado y eso está bastante encaminado, que es el sector de aulas. Y en la parte de los techos de losa se han hecho las carpetas con desagües al exterior y falta colocar las membranas. Y en la lluvia anterior, que no fue intensa, se filtró muchísima agua lo que hizo que se cayeran algunos paneles y plafones de luz”.
PALOMAS ADENTRO
Otra problemática son las palomas, la cual se superó parcialmente, ya que en el SUM se reparó el vidrio que faltaba y se fumigó. En la parte central de la escuela también entraban por los techos pero eso fue solucionado, pero ahora las palomas están en el sector del comedor y la solución todavía está pendiente.
POCAS POSIBILIDADES
Por otra parte, en lo que respecta al trabajo con los alumnos y alumnas en esta situación de aislamiento, Norma Beraza explicó que “tenemos una parte del personal que está trabajando y otra que está con retención de servicios, algo totalmente respetable porque, al día de hoy, yo no he cobrado mi sueldo de marzo”. Además, la situación de la comunidad de ese colegio enclavado en medio del barrio Pujol hace que la virtualidad no sea para nada fácil: “Tenemos una comunidad que tiene pocas posibilidades de acceder a internet o hay un solo equipo compartido por varios o hay que esperar que el papá o la mamá, cuando llegan de trabajar, posibiliten ese único artefacto que tienen. A veces reciben las tareas pero no las pueden enviar porque se quedan sin datos en el celular, generalmente no hay una computadora o una impresora en la casa”.
SIN AULAS VIRTUALES
En este contexto, en la Escuela 219 no se están utilizando aulas virtuales, “sí se hace un trabajo con algunos grados a través de Whatsapp o Facebook. Hemos repartido los cuadernillos, pero obviamente los alumnos necesitan de algún acompañamiento más que no se está pudiendo realizar, por falta de conectividad o porque, con justa razón, se está con retención de servicio”, finalizó la directora del establecimiento, señaló El Chubut.