Hubo una recomposición de los tradicionales, por decisión del BCRA sobre tasas y una desaceleración en el ritmo inflacionario.
Luego de alguna zozobra al principio de la cuarentena, por depósitos que no se renovaron mientras los bancos estaban cerrados, el stock de plazos fijos retomó el camino creciente y subió muy por encima de la inflación en este primer semestre. Al 30 de junio alcanzaban los 2,354 billones contra el 1,518 billón que sumaban al 31 de diciembre.
Es decir, hubo un incremento del 55% nominal en el período, muy por encima del aumento de precios de estos seis meses, ya que el acumulado de inflación (asumiendo un 2% en junio) fue del 13,1%. Si tomamos solamente los plazos fijos del sector privado, el salto semestral fue un tanto menor: 45,68%.
El alza en términos reales es mucho más chico si se hace la comparación interanual: de finales de junio 2019 a finales de junio 2020 el stock de plazos fijos totales creció 51%, pero contra una inflación que, anualizada, dará un número en torno al 42%. Es decir, hay un alza, pero que ya no es de 40 puntos, sino de 10. Esto se debe a que los plazos fijos decrecieron nominalmente entre junio de 2019 y diciembre de ese mismo año.
La mejora en el stock total que se viene observando durante 2020 responde a distintos factores: por un lado, hubo una recomposición de plazos fijos tradicionales, que representan más del 97% del total. Tras una caída entre abril y mayo, el Banco Central que conduce Miguel Pesce comenzó a tomar medidas para asegurarse que los bancos ofrezcan tasas reales positivas (están obligados a ofrecer a todos los depositantes el equivalente a un 79% de lo que rinden las Leliq). Esto, sumado a una desaceleración en el ritmo inflacionario le dio un atractivo a la opción de ahorro minorista más popular.
En mayo, por ejemplo, los plazos fijos rindieron a los depositantes un 2,5% mensual, contra un 1,5% del IPC. No obstante, los ahorristas no están exentos del riesgo cambiario ante un dólar que todos los días se incrementa 6 centavos.
Por otra parte, los depósitos a plazo fijo ajustados por UVA +1% crecieron un 100% entre diciembre del año pasado y el 30 de junio, aunque representan un porcentaje muy menor sobre el total. No obstante, esta duplicación se debe a lo que sucedió en los primeros meses del año, ya que en las últimas semanas el stock está en caída libre: de un máximo de $64.806 millones alcanzado el 17 de abril a los $54.519 millones actuales.
“El endurecimiento en el cepo cambiario, sumado a la baja en la tasa de devaluación diaria que venía llevando adelante la autoridad monetaria y a un aumento de la tasa mínima de los plazos fijos minoristas estarían sirviendo en el corto plazo para permitirse contraer medianamente los excedentes monetarios, sin un correlato en la tasa de interés, en un contexto muy complejo de las empresas en términos financieros. En este sentido, sería un error creer que dicha situación es sostenible en el largo plazo, cuando la demanda de dinero se normalice y las restricciones al consumo se levanten”, señaló El Comodorense.