Alemania registró este viernes la incidencia de contagios más baja en más de dos semanas, algo que los expertos atribuyen en parte a las restricciones impuestas en todo el territorio bajo la nueva ley que permite al Gobierno de Angela Merkel establecer parámetros epidemiológicos para imponer y levantar medidas restrictivas, pese a la oposición de algunas regiones.
Por cuarto día consecutivo, el promedio semanal de casos de Covid-19 por 100.000 habitantes volvió a bajar en el país y se situó en 153, la cifra más baja registrada desde el 14 de abril, cuando tuvo el mismo valor, según el último balance del organismo federal de vigilancia epidemiológica Instituto Robert Koch (RKI).
Desde mediados de mes, el indicador se había situado por encima de 160 y alcanzó un pico de 169 el pasado lunes, pero a partir de entonces descendió hasta alcanzar los 153 este viernes.
Si bien los científicos habían pronosticado que las cifras se mantendrían en un nivel alto en mayo, ahora pareciera que se registra un ligero descenso. No obstante, el ministro de Salud, Jens Spahn, precisó que los datos de la próxima semana determinarán si se trata de un cambio de tendencia.
Más allá de la leve mejoría, el RKI consideró que el riesgo en el país sigue siendo «muy alto» y Spahn opinó que el progreso no es aún suficiente, ya que las unidades de terapia intensiva siguen llenas en muchas ciudades.
Golpeada por la variante británica y con temor por la posibilidad de que ingrese la nueva cepa india, Alemania intenta contener una tercera ola de infecciones que se complicó desde los feriados de Semana Santa, cuando la Covid-19 volvió a situarse a altos niveles, similares a los de la pasada Navidad.
El pasado miércoles, el país vacunó a un récord de 1,1 millones de personas, más del 1% de la población en un solo día.
El pasado miércoles, el país vacunó a un récord de 1,1 millones de personas, más del 1% de la población en un solo día.
«Freno de emergencia»
Pese al deterioro de la situación, algunos de los 16 estados federales rechazaron imponer medidas más estrictas, lo que llevó al Gobierno federal a redactar un proyecto legislativo para reforzar el poder de la canciller sobre las autoridades regionales en la lucha contra la pandemia, que le permite decretar restricciones severas hasta el 30 de junio si los contagios superan los índices establecidos, un llamado «freno de emergencia».
Aprobada la semana pasada, la nueva legislación supuso la imposición inmediata de un toque de queda entre las 22 y las 5, el cierre de centros de recreación y comercios y la suspensión de eventos deportivos en zonas con más de 100 nuevos casos por cada 100.000 habitantes por semana.
Amplias regiones de Alemania superan este límite, desde zonas rurales hasta grandes ciudades como Berlín, Colonia, Fráncfort y Múnich, precisó la agencia de noticias Europa Press.
Con una incidencia de 211, Sajonia es el estado con el valor más alto, seguido de cerca por Turingia, con 210, mientras que sólo dos regiones están por debajo de 100, Schleswig-Holstein con 64 y Hamburgo con 93.
La ley establece además el cierre de espacios culturales, un endurecimiento de las restricciones de contacto y, si la tasa de incidencia supera los 165 casos por cada 100.000 habitantes, los colegios también deben pasar a la enseñanza a distancia, mientras que los comercios no esenciales y los restaurantes deben cerrar, salvo los que ofrecen comidas para llevar.
Aunque la aprobación de la ley suscitó numerosas críticas, Merkel defendió el uso de este «freno de emergencia» para poner fin a la aplicación de medidas desiguales y argumentó que una normativa uniforme es especialmente necesaria ahora que se intenta controlar la tercera ola de contagios.
«Es duro, nos pesa a todos. Pero es necesario por un período provisional», afirmó, por su parte, Spahn.
La adopción automática de estas medidas no solo puso fin a las tensiones con las regiones, sino que comenzó a traducirse en una leve mejoría de los índices epidemiológicos, impulsada además por un avance en la hasta ahora lenta campaña de vacunación.
El pasado miércoles, Alemania vacunó a un récord de 1,1 millones de personas, más del 1% de la población en un solo día, lo que supuso, según el titular sanitario, que el 25,9% de los alemanes haya recibido al menos una dosis y el 7,5% ambas.
Desde el inicio de la pandemia, el número de infectados por coronavirus asciende a 3.381.597 -de los cuales unos 2.995.200 constan como pacientes recuperados- en Alemania, mientras que el de víctimas mortales por Covid-19 suma 82.850, según los datos oficiales.