Además del impacto en el índice de precios, el esquema de ajuste tarifario combinado con el mayor consumo de energía por el verano comienza a tener alto impacto en el ingreso de los hogares, cuyos ingresos no se actualizan a la misma velocidad.
Nadie, ni dentro ni fuera del Gobierno, espera un dato alentador de inflación de Enero, ni siquiera neutro. Pero la suba de los precios al consumidor que anunció ayer el organismo de estadísticas porteño, de 7,3% en la Ciudad de Buenos Aires, fue un baldazo de agua fría. Más allá de los rubros estacionales como restaurantes y hoteles o recreación y cultura, el registro acusó el impacto del aumento de tarifas. Esencialmente la suba del transporte, que anotó un alza de 11,4%, el renglón que más incide detrás de alimentos y bebidas y vivienda, agua y electricidad, ambos con una inflación del 6%.
El detalle no tardó en ser señalado tanto en despachos oficiales como privados: la medición de inflación de la Ciudad no es espejo de lo que informe el próximo martes el INDEC para todo el país, ya que en la canasta porteña pesan más los servicios. Eso hizo, por ejemplo, que en Noviembre último, los precios del PCBA tuvieran un avance de 5,8% contra 4,9% del promedio nacional -según publica Infobae-.
Sin embargo, si bien con menor incidencia por la mayor penetración de la tarifa social, el ajuste de tarifas -incluido el transporte- y la quita de subsidios también golpea en el Conurbano y atiza el índice oficial de precios. De ahí que el Gobierno empieza a volver sobre sus pasos respecto al calendario de retiro de los subsidios según el esquema de segmentación implementado desde octubre del año pasado.
La explicación oficial sobre la postergación de la quita total de subsidios a los sectores de mayores ingresos, Nivel 1, es que 33% de los usuarios no se anotaron en el formulario para solicitar el subsidio, denominado RASE, lo cual excede por mucho las estimaciones oficiales respecto de la población considerada de “altos ingresos”.
Independientemente del impacto inflacionario del ajuste tarifario, la preocupación que crece en el equipo económico es el impacto sobre los salarios, es decir, sobre el ingreso de los hogares, que empieza a tener el ajuste tarifario. Otra muestra de ello es la postergación por algunos meses -de Febrero a Abril y Junio- de los aumentos para el costo de la distribución en la zona del AMBA, donde operan las empresas Edenor y Edesur, que ahora se realizará en dos cuotas de hasta $410.