La fiscalía de Miquelarena no tiene muchas ganas de investigar y Miguel Castro y su Policía tampoco se quieren prender fuego, ya muchos casos de inseguridad tienen como para que se sume una víctima fatal de un robo.
Alberto José María Pereyra era un comerciante de 50 años que tenía su local en la ciudad de Rawson. El fatídico viernes pasado todo cambió cuando un grupo de ladrones entró a su comercio con el fin de llevarse mercadería sin pagar, el hombre salió a enfrentarlos y es ahí cuando los malvivientes le propinaron una paliza que lo dejó en el hospital.
Según fuentes policiales, Miguel Castro ya había dado la orden a todo el mando policial para que no se filtre ninguna información de los hechos de inseguridad a los medios. Porque la realidad es que la provincia está atravesando quizás uno de los peores momentos de la historia en materia de seguridad, es por eso que el robo al comerciante se encubrió a los medios.
Dos días después, el lunes por la tarde, Pereyra fallece en el hospital, ya por la mañana de ese día nos habían pasado el dato de que el viernes había ocurrido un robo en un comercio y que su víctima era un tal Alberto Pereyra. Fastidiados con nuestras fuentes por la tardanza y porque las autoridades no nos habían informado nada de lo sucedido de forma oficial, nos sorprendimos al enterarnos que el hombre había fallecido. Es ahí donde activamos todas las alertas para indagar más sobre el hecho.
En un acto de desesperación, quizás ante el temor que generaba que los medios nos enteremos de todo lo que había ocurrido, la Policía le habría pedido al comisario Gabriel Casalnuovo, subjefe de la comisaría de Rawson, que envíe un audio a todos los periodistas informando la muerte con el fin de lavar responsabilidades, es así que todos los medios recibieron el mismo audio.
En ese audio, el comisario Casalnuovo admite que al hombre le habían dado el alta después de la golpiza y que se descompensó en su casa, por lo que volvió al hospital y allí lo sedaron porque se resistía a hacerse una tomografía (sumamente extraño lo que cuenta) y que producto de ese estudio médico fue que se constató la existencia de una lesión cerebral.
Posteriormente a haber mencionado el descubrimiento, el policía Casalnuovo se puso el ambo de médico y comenzó a insistir sospechosamente en el audio sobre la idea de que la muerte podría haberse producido por una cirrosis que tenía el hombre, y que ha efectos de dilucidar la cuestión muy probablemente se iba pedir una autopsia. Todo parecía que Casalnuovo quería desvincular la muerte del hombre con el robo del viernes.
La cuestión es que la autopsia nunca llegó porque los fiscales de Jorge Miquelarena nunca la pidieron y el audio fue para mantenernos “tranquilos” a todos los periodistas. Finalmente, el cuerpo de Pereyra fue entregado a los familiares como si de una muerte natural se tratara.
Los parientes, poco entendidos sobre lo que estaba sucediendo, atinaron a hacer lo que cualquier doliente haría en una situación tan triste, darle cristiana sepultura al hombre para que descanse en paz.
Es así, como finaliza una historia en la que una víctima de un robo oculto por el Ministerio de Seguridad de Miguel Castro y la Policía, habría muerto producto de los golpes propinados por los delincuentes, fue entregado a su familia como un fallecido más por cirrosis y se lo sepultó sin que se le practicara la autopsia.
Miguel Castro debe estar contento con Miquelarena, porque si se realizaba la autopsia muy posiblemente se iba a determinar que murió a causa de los golpes en el robo del viernes, por lo tanto, al no haber autopsia no se lo podrá responsabilizar nunca mediáticamente al ministro de una muerte por la inseguridad.
Los delincuentes que le robaron a Pereyra por su parte andan felices, chinos de risa, impunemente libres y probablemente más cebados ahora que saben que se salieron con la suya.
Con ustedes, la banda de los encubridores:
Comisario Cecilio Williams, director de Seguridad de Jefatura de Policía
Crio. Gabriel Antonio Casalnuovo, subjefe de la comisaría de Rawson.
Jorge Miquelarena, procurador general de la provincia, jefe de fiscales.
Miguel Castro, Ministro de Seguridad de la provincia
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