Un superalimento utilizado por las antiguas civilizaciones azteca y maya para aliviar la inflamación fue redescubierto por sus propiedades nutricionales y medicinales. Se trata de la chía, una pequeña semilla que contiene una variedad de nutrientes beneficiosos para la salud, incluyendo omega-3, fibra, aminoácidos, vitaminas y minerales.
Expertos de la Universidad Autónoma de Guadalajara destacan los efectos positivos de la chía en la regulación de la glucosa en la sangre, la prevención de enfermedades cardiovasculares y su capacidad para inducir la sensación de saciedad, lo que la convierte en un aliado en programas de pérdida de peso.
La chía fue considerada uno de los alimentos fundamentales por las civilizaciones maya y azteca debido a su densidad nutritiva y sus usos medicinales. Además de ser consumida para obtener energía, también se utilizaba en la creación de ungüentos cosméticos y en la preparación de una bebida conocida como «chía fresca», que todavía se consume en la actualidad.
Aunque la presencia de la chía se vio reducida después de la conquista española, estudios recientes resaltaron sus propiedades y beneficios, revitalizando su producción y consumo. Entre los beneficios para la salud de las semillas de chía se encuentran la mejora en la digestión, la regulación de la glucosa en la sangre y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Su contenido rico en fibra, antioxidantes y omega-3 contribuye al control del apetito, fortalecimiento de los huesos y estabilidad de los niveles de colesterol.
Las semillas de chía también tienen efectos antiinflamatorios, lo cual es crucial para combatir o prevenir enfermedades crónicas como la artritis reumatoide, ciertos tipos de cáncer y desórdenes neurodegenerativos. Su contenido en ácidos grasos omega-3, especialmente el ácido alfa-linolénico (ALA), ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo al interferir con las vías inflamatorias y disminuir la producción de sustancias químicas que promueven la inflamación.
Además, la chía es rica en antioxidantes, como la vitamina E, que ayudan a combatir el estrés oxidativo y reducir la inflamación en el organismo. Estos antioxidantes neutralizan los radicales libres, previniendo el daño celular y procesos inflamatorios.
Para aprovechar al máximo los beneficios nutricionales de las semillas de chía, se recomienda consumir entre 10 y 15 gramos al día, lo cual equivale aproximadamente a dos cucharadas soperas. Se pueden hidratar las semillas en agua o agregarlas a alimentos como batidos, yogur o leche. También es posible moler las semillas previamente para facilitar su digestión y absorción.