Con solo el 66% de participación, las legislativas 2025 registraron la concurrencia más baja desde 1983.
La participación ciudadana en las elecciones legislativas 2025 alcanzó apenas el 66% del padrón, convirtiéndose en la cifra más baja registrada desde el retorno de la democracia para este tipo de comicios. Pese al voto obligatorio y al estreno de la Boleta Única de Papel, el desinterés marcó una jornada atípica en todo el país.
La participación más baja en más de 40 años
Según los datos oficiales de la Dirección Nacional Electoral (DINE), solo el 66% de los votantes acudió a las urnas este domingo 26 de octubre. El número representa una caída de más de cinco puntos porcentuales respecto al 71,76% de las legislativas de 2021.
Durante la tarde, el panorama ya anticipaba una baja concurrencia: a las 17 horas, el corte preliminar mostraba una participación del 58,5%, y al mediodía apenas había votado el 23% del electorado. Estos registros confirmaron la tendencia descendente que se venía observando en los últimos procesos electorales.
De acuerdo con Vive La Plata, el ausentismo sorprendió incluso a las autoridades de mesa y fiscales partidarios, que esperaban una afluencia mayor debido a la relevancia política de los comicios.
Un desafío para el oficialismo
El bajo nivel de participación podría tener implicancias directas en los resultados, ya que varios sondeos previos indicaban que los sectores más movilizados al voto eran los que mostraban mayor afinidad con el oficialismo.
La falta de entusiasmo ciudadano, sumada al estreno del nuevo sistema de Boleta Única de Papel, parece haber generado demoras y confusión en algunos distritos, contribuyendo al lento avance de la jornada.
Mientras tanto, analistas advierten que esta baja participación electoral refleja un creciente desapego hacia la política y una crisis de representación que atraviesa a todos los espacios.
Un llamado de atención
Con una participación tan baja, las elecciones legislativas 2025 quedarán marcadas por el desinterés social y el desafío que enfrenta el sistema político para recuperar la confianza del electorado.
El dato histórico del 66% no solo evidencia una fatiga democrática, sino también la necesidad urgente de repensar los mecanismos de participación ciudadana en la Argentina contemporánea.




