Gloria Argentina Cisneros de Chaco y Miguel Alejandro Rodríguez de Buenos Aires fueron seleccionados entre los 50 finalistas del prestigioso Global Teacher Prize 2026, conocido como el «Nobel de la Enseñanza». El reconocimiento, que evalúa a miles de educadores de 139 países, destaca su labor excepcional en contextos de gran desafío.
Un gran orgullo para la educación argentina recorre el país. La Varkey Foundation, en colaboración con la UNESCO, dio a conocer la lista de los 50 mejores docentes del mundo para su premio Global Teacher Prize 2026, y entre ellos brillan dos nombres argentinos. Los elegidos son Gloria Argentina Cisneros, maestra rural de Taco Pozo, Chaco, y Miguel Alejandro Rodríguez, profesor de educación técnica en la Ciudad de Buenos Aires.
La distinción surge de un proceso riguroso que evaluó más de 5.000 nominaciones y postulaciones de 139 países. Este premio, conocido como el más importante a nivel mundial en su tipo, busca visibilizar el trabajo transformador de los docentes y está dotado con un premio final de un millón de dólares para el ganador absoluto, que se conocerá en 2026.
Gloria Argentina Cisneros: la maestra que vence al Impenetrable chaqueño
En el extremo norte del país, la historia de Gloria Cisneros es un ejemplo de resiliencia y amor por la enseñanza. Con 39 años, esta docente viaja más de dos horas en moto por caminos de tierra para llegar a la Escuela Primaria N° 793 “Don Carlos Arnaldo Jaime”, en pleno Impenetrable Chaqueño. De lunes a viernes, vive en la escuela, donde cumple los roles de directora, maestra, cuidadora y referente comunitaria en una zona sin agua potable ni servicios básicos.
Su labor trasciende el aula. Cisneros impulsó la llegada de tecnología, paneles solares y conectividad a la escuela rural. Además, creó el proyecto “La biblioteca en mi casa”, construyendo bibliotecas familiares con los hogares de sus 15 alumnos para garantizar el acceso a los libros. Su gestión logró escolarizar al 100% de los niños de los parajes a su cargo y consiguió becas para decenas de jóvenes. Recientemente, fue reconocida como Mujer Destacada del Año en Chaco.
Miguel Alejandro Rodríguez: el profe que enciende la chispa de la ciencia en la ciudad
Al otro extremo de la Argentina, en una escuela técnica de la Ciudad de Buenos Aires, Miguel Alejandro Rodríguez lleva 27 años cambiando vidas. En la Escuela Técnica N° 3 “María Sánchez de Thompson”, él se encontró con estudiantes desmotivados. Entonces, tomó una decisión crucial. Decidió dejar de lado los exámenes tradicionales para abrir paso a una nueva forma de enseñar. Así, construyó una pedagogía diferente, que ahora se basa firmemente en la empatía y en enfrentar a los alumnos con problemas reales que deben resolver.
La creación más emblemática de Rodríguez es, sin duda, el Club de Ciencias Cóndor. Él mismo fundó este espacio extracurricular en 2012, y desde entonces ha guiado y apoyado a más de 80 jóvenes. Muchos de estos chicos y chicas viven en situaciones de gran vulnerabilidad. Dentro del club, los estudiantes no solo aprenden teoría. Ellos mismos diseñan y desarrollan proyectos que buscan un impacto social concreto. Para ello, utilizan materiales reciclados y crean, por ejemplo, sistemas para limpiar el medio ambiente, kits que generan energía renovable y hasta dispositivos que purifican el agua en escuelas rurales. Toda esta trayectoria no pasó desapercibida. De hecho, numerosos premios, tanto nacionales como internacionales, han reconocido el trabajo de Rodríguez. Estos galardones consolidan un modelo educativo que demuestra, una y otra vez, cuánto puede transformar una vocación docente bien aplicada.
La elección de Cisneros y Rodríguez como finalistas reconoce, con toda justicia, su labor incansable. Pero su logro también se convierte en un faro de esperanza para todo el país. Las historias de estos dos maestros prueban algo fundamental: incluso en las circunstancias más difíciles, la dedicación de un solo docente tiene el poder de alterar el destino de toda una comunidad. Un profesor así puede encender la chispa que ilumine el futuro de sus estudiantes. Hoy, la Argentina entera espera con ansias la gran final del Global Teacher Prize. Todos cruzamos los dedos con la esperanza de que uno de estos héroes de la vida cotidiana pueda llegar a lo más alto y traer el reconocimiento mundial a casa.