En un movimiento legal crucial, el Gobierno argentino solicitó formalmente a la jueza federal Loretta Preska que reconsidere su orden de entregar correos y mensajes privados de altos funcionarios en el marco del multimillonario juicio por la expropiación de YPF, un caso que podría costarle al país US$16.000 millones.
La información, reportada inicialmente por el analista económico Sebastián Maril, detalla que la estrategia legal argentina busca proteger la confidencialidad de las comunicaciones de ministros como Luis Caputo y exfuncionarios como Sergio Massa. Según infobae, si la jueza rechaza la solicitud, la Argentina avanzará inmediatamente con una apelación, llevando el caso a una instancia superior.
La Estrategia Legal para Blindar las Comunicaciones
El pedido de la justicia estadounidense no busca dispositivos completos, sino una búsqueda específica por palabras clave. Términos como “YPF”, “Aerolíneas Argentinas”, “ENARSA” y “Banco Nación” son el centro del requerimiento. Los fondos demandantes, Burford Capital y Eton Park, argumentan que estas empresas estatales son un «alter ego» del Estado nacional. Su objetivo final es demostrar esta conexión para embargar activos de estas compañías y cobrar la gigantesca sentencia, una estrategia que el gobierno argentino intenta bloquear protegiendo la privacidad de las discusiones internas.
El Enorme Riesgo Económico y la Fecha Clave
El fallo, que asciende a US$16.000 millones, representa una enorme presión para las reservas del país. La próxima fecha clave en el calendario legal es el 29 de octubre, cuando la Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York escuchará los argumentos de la apelación argentina contra la sentencia condenatoria de la jueza Preska. Esta audiencia, pactada apenas tres días después de las elecciones legislativas, marcará el rumbo de una de las causas económicas más significativas de la última década.
Una Batalla por la Soberanía en Tribunales Extranjeros
Más allá de lo económico, el caso pone en juego principios de soberanía y jurisdicción. El gobierno nacional se prepara para defender con firmeza su posición, argumentando que la justicia de otro país no puede obligar a la divulgación de comunicaciones internas de sus funcionarios. El resultado de esta pulseada legal definirá no solo un desembolso financiero monumental, sino también un precedente sobre hasta dónde puede llegar la jurisdicción internacional en la gestión de empresas públicas argentinas. Información extraída del medio ADN.